23 de abril: Nada anormal en el horizonte
Por Augusto Alvarez
En el ambiente del 23 de abril, únicamente las cabezas pensantes cocinaban lo que iban a saborear al despertar.
En especial, la conexión de militares interesados en matrimoniarse con la patria, y sostén político que habría de ser soporte durante los primeros días de la insurrección.
El aún frágil liderazgo político,con los tribunos del Partido Revolucionario Dominicano(PRD),y la visión de veteranos revolucionarios que se insertaron al proceso,de recientes llegada desde el exilio,durante los primeros enfrentamientos con el Centro de Enseñanzas de las Fuerzas Armadas(CEFA),hicieron trizas a las tropas del general Elias Wessin y Wessin,obligando a Estados a intervenir para evitar el desastre total del ejército que ellos formaron.
Los combatientes insurreccionados contaron a las tropas del CEFA en medios del puente Duarte, y con el tiempo en contra, la 82 división aerotransportada de Estados Unidos desembarcó el 28, dando un giro distinto a la reyerta de abril, transformándola en una guerra de resistencia contra el invasor imperialista.
El coraje, la bravura del pueblo quedó plasmada cuando un mecánico enfrentó a un gringo invasor con los puños, mientras nuevos frentes se integraban a la resistencia patriótica.
Omitir nombres de militares y civiles resulta preferible, pues indicar a fulano o mengano podría segregar, de ahí que sea el lector de ayer, así como aquéllos que salieron airosos durante la guerra patria,que decidan cómo contar la historia.
Por nuestra parte, afirmamos que tras la firma del Acta Institucional que puso fin a la insurrección de abril de 1965, es cuando el invasor inicia el exterminio de las cabezas bien amuebladas que dieron luz a los combates.
¿Cuántos combatientes cayeron durante el abril insurrecto y cuántos en los años del régimen del doctor Joaquín Balaguer?
Ahí es donde a la sombra del servilismo y la entrega, en las garras del águila imperial, zigzagueando de vez en cuando, se inicia la cacería de tribunos del proceso de abril.
