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En Samaná no descartan «Marcelo Caché» fuera asesinado en cuartel PN

La Policía dice que se “ahorcó”, pero comunitarios, políticos y familiares no creen en esa versión y reclaman al presidente Abinader ordenar una investigación

SAMANA, R.D.

Familiares de un empleado privado y líder comunitario en el paraje Los Robalos, municipio Arroyo Barril, exigieron al presidente Luis Abinader, ordenar una investigación a fin de establecer las reales circunstancias que provocaron su muerte en el cuartel de la Policía Nacional, de esta provincia.

La versión de la Policía, en esta ciudad, es que Jesuíto de León Rufino (Marcelo Caché), de 52 años, se “ahorcó”, lo que ha sido rechazado por sus familiares y vecinos, que lo calificaron como un hombre honesto, trabajador y solidario.

Su muerte ha consternado a la comunidad, e incluso, la diputada por la provincia Samaná, Carmen Williams, solicitó durante una sesión de la Cámara Baja, que sean investigadas las circunstancias en las que falleció “Marcelo Caché”, quien fuera presidente de la Unión Demócrata Cristiana (UDC) en la provincia de Samaná.

El connotado luchador social era encargado del patio de una ferretería, siendo detenido alrededor de las 3:30 de la tarde del jueves de la pasada semana, para ser investigado, junto a otros dos empleados, por un supuesto despacho irregular de materiales.

Del ese establecimiento, ubicado en el sector Majagual, del municipio de Sánchez, “Marcelo Caché” fue llevado al cuartel de la Policía, en Samaná.

Algunos de sus compañeros de trabajo, que no quisieron identificarse, por temor a ser despedidos, reaccionaron sorprendidos ante su detención, y más aún, tras enterarse de su extraña y misteriosa muerte.

“Marcelo Caché” no tenía problema con nadie, y sus compañeros no se explican, el por qué apareció en una querella cuando “ni siquiera tenía que ver nada con el despacho de mercancías”.

Este líder social, comunitario y político, en sus 52 años de vida, nunca había pisado una cárcel y era un equilibrio político, pues se llevaba bien “hasta con sus adversarios políticos”.

Tras ser detenido por la Policía, dos días después de que se presentara una querella en su contra, y un juez emitiera una orden de arresto, “Marcelo Caché” fue llevado al cuartel de la Policía, en Samaná.

Unas dos horas después, “Marcelo Caché” fue visitado por su hermano, el abogado Diomedes de León, a quien le manifestó que estuviera tranquilo, que él no había cometido ningún caso doloso, ni tenía responsabilidad con el despacho de materiales.

Incluso, al momento de ser detenido, fue llevado sin esposa al cuartel de la Policía, mientras que sus compañeros de trabajo iban esposados.

Eran las 3:20 de la madrugada del viernes, cuando su hermano, el jurista De león, recibió una llamada de la fiscal que tenía el caso, quien le dio la nefasta información sobre la muerte del dirigente social y comunitario.

En esta región nadie se cree el cuento de que “Marcelo Caché” se suicidó, supuestamente se ahorcó en una celda donde había otros 20 detenidos.

Por esa razón, sus familiares exigen del presidente Luis Abinader de que ordene una inmediata investigación, para establecer ¿qué sucedió?, descartando de plano la versión policial.

Igualmente, llamaron a la procuradora general de la República, Miriam Germán, a que ordene una investigación, desligando al Ministerio Público de esta jurisdicción de las indagatorias.

Diomedes de León, al descartar la versión policial, reveló que este tenía laceraciones en las rodillas y las mismas tenían lodo.

Para algunos comunitarios, dirigentes políticos, tanto oficialistas como opositores, y familiares, “Marcelo Chepe” no tenía motivo para quitarse la vida, por lo que descartan que fuera asesinado.

Hace apenas dos meses, en la celda del destacamento de la Policía Nacional, ubicado en el parque Fernando Valerio, de Santiago, supuestamente se “ahorcó” Víctor Alfonso, quien había sido apresado por violencia de género. Su alegado suicidio fue rechazado por su pariente.

En junio de este mismo año, en la cárcel preventiva del Palacio de Justicia, supuestamente se “ahorcó” Álvaro Francisco de la Rosa, de 41 años, quien esperaba por una medida de coerción por su presunta vinculación a un caso de violación sexual.

En enero del 2024, José Arturo Peña (Arturito), de 34 años, murió en la mañana en el Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey, en Santiago.

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