El lío del histórico alijo de cocaína incautado en RD pica y se extiende

Buenos días…

La incautación de 9.5 toneladas de cocaína, o 9.8 como se dijo originalmente, el mayor alijo confiscado en la historia de República Dominicana, en vez de un gran triunfo, se está convirtiendo en una desastrosa derrota para nuestro país, y especialmente para el gobierno de Luis Abinader.Por eso es que para decir mentira y comer pescado, hay que tener mucho cuidado. Y en los últimos años, a los dominicanos nos están poniendo a vivir en el mundo de las maravillas, donde todo es color de rosa, la economía marcha viento en popa y en los próximos tres años, no habrá pobreza.
El cargamento de “harina blanca” ocupado por las autoridades dominicanas, tras un pitazo, una alerta de Estados Unidos, ya está dando sus frutos, pero muy negativos para la República Dominicana. Nos están tildando de un país “mentiroso” y de que en ese operativo, se está ocultando gatos entre macutos.Primero, las autoridades dominicanas mintieron cuando anunciaron al mundo la incautación de un histórico alijo de drogas, que llegó procedente de Guatemala.Segundo, se cambió de versión, cuando Guatemala se paró en dos patas, calificando la versión de las autoridades dominicana como una vulgar mentira.Tercero, posteriormente el “muerto”, quisieron tirarlo a Honduras, pero fue la DEA, quien le puso la tapa al pomo, y el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, ha dicho que esa “contaminación” se hizo en República Dominicana, y su destino era Bélgica.Eso significa, que si Arévalo hizo esa afirmación, tan tajante, recibió la versión oficial de los gringos, que al pan le dicen pan, al café, café, y al vino, vino, pero si lo traen.Y cuarto, el error de siglo. Cómo el gobierno de Luis Abinader podrá justificar que en un período de 72 horas, o menos, el INACIF, o cualquier organismo del mundo, tiene capacidad para analizar 9.8 toneladas de una supuesta droga, contenida en 9 mil 800 paquetes de un kilo, cada uno, y establecer si realmente era o no cocaína.Y ya quedó claro, dijo el presidente de Guatemala, que el contenedor se cargó en República Dominicana y que, así lo han admitido las autoridades dominicanas.
Por cierto, dice el detective Ángel Martínez que Eric Mosquea es el «Pablo Escobar» dominicano… Otros dicen que es el «Pablo Escobar» de Caribe. Por cierto, este monstruo del narcotráfico también usa el nombre de Luis Manuel Santana..
Lo cierto es que Eric Mosquea, principal cabecilla del cartel Sinaloa en República Dominicana, es, en estos momentos, el niño más mimado para Estados Unidos.
Ni pío, secreto total del presidente Abinader sobre el escándalo de droga en el cuartel de la nueva Policía Nacional, en Boca Chica.
La jefatura de “Figurín” sigue de escándalos en escándalos, y el presidente Abinader, hablando de reforma, ciego y mundo.
Nos llamó un general, de una institución militar, y nos dijo, que la seguridad del país está en manos de inexpertos. De un jefe de Policía, que nunca había dirigido ni un departamento de esa institución, y una política, que no conoce ni la “s”, de seguridad.
Y agrega este oficial general militar, que realmente el jefe de la PN es un “figurín”, que lo designaron en la DIGESETT, y allí fracasó, dejando atrás un escándalo de corrupción, Y ahora en la Policía, ha sido lo peor, el gran desastre de esa institución en toda su historia.
Y para los que llevan anotaciones, nos dijo que los actuales altos mandos policiales, y sus asesores, tienen una historia de escándalos, de corrupción y fracaso. ¿Cómo, y hasta allá llegó esa noticia?
Nos dijo otra cosa, que no podemos revelar…. No tenemos la más mínima prueba de ello, pero lo vamos a investigar. Ahora bien, la Policía para los policías, y la guardia para los guardias.
Presidente Abinader, por Dios, mande a investigar la mafia que dicen generales y coroneles, existe con el combustible de la Policía.
Nos llega un mensaje, vía WhatsApp, de que los agentes de la DIGESETT, en Miches, está “atracando”, y que sus principales víctimas son los motociclistas, principalmente haitianos, y supuestamente, esos agentes se han convertidos en fiscales y jueces, y pican que el Sol del mediodía en tiempo de verano.
En ocasiones, el pueblo está vuelto un caos con el tránsito, pero ellos no hacen nada a eso. Su misión es imponer multas y “resolver” algunos casos. Y lo peor de todo, es que no hay a quien quejarse.
Presidente abra los ojos…
¡Cuídense…! Vamos en busca del cambio prometido, no aparece ni por los centros espiritistas.