Las improvisaciones podrían provocar el colapso de la Policía
¡Cógelo, Picante! La PN luce un barco a la deriva, con el viento en contra y sin brújula
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Buenos días…
El presidente Luis Abinader, acaba de crear un “Consejo Consultivo para la Transformación Administrativa y Financiera de la Policía Nacional», que asegure la “administración eficiente y transparente de los recursos y su cabal cumplimiento” por la institución y todas sus dependencias.
Eso está muy bien y confirma lo que hemos venido denunciando, el desorden administrativo en la Policía.
Sin embargo, ninguno de esos empresarios conoce la Policía, y como escribió en sus redes sociales, el doctor Frener Bello Arias, mayor general retirado de la Policía, esa decisión da pena y vergüenza, porque en la Policía existen hombres y mujeres activos y pasivos, con la capacidad, conocimiento e integridad, para ser parte de ese organismo, y no fueron tomados en cuenta.
Lo único que falta es que una institución, tan delicada e importante como la Policía, sea privatizada.
Lo que está pasando en la Policía, no es culpa de los policías, sino del propio presidente Abinader, por colocar al frente de esa institución a oficiales indignos, que en el pasado, se vieron involucrados en acciones administrativas dolosas.
Y Andrés Bautista, el ministro Administrativo de la Presidencia, está afanado en que el presidente designe a otro oficial, como jefe de la Policía, que se vio involucrado en irregularidades administrativas, millonarias, siendo director del IPE.
La mediocridad en la dirección policial, auspiciada por el propio presidente Abinader, podría traer amargas consecuencias, no solo a esa institución, sino a la sociedad, a la población, quien sufre la consecuencia de la inseguridad que se vive hoy en el país.
Nosotros no inventamos, no podemos caer en ese gancho.
Tampoco somos enemigos de la Policía, sino, de los policías corruptos, sin importar el rango, que desprestigian con sus asqueantes actuaciones a esa institución.
No podemos permitir, y haremos todo lo que sea necesario para evitarlo, que el presidente Abinader cometa un nuevo error, de colocar al frente de la Policía, a un oficial que haya estado comprometido con el desorden, con la corrupción, a una persona indigna de desempeñar una función tan delicada como es, ser director de la Policía Nacional.
Al presidente Abinader lo criticamos, y lo seguiremos criticando cuantas veces sea necesario, porque en la oposición, él criticaba a rajatabla lo que hoy, no sólo apoya, sino que premia: La corrupción.
Y un ejemplo de lo que estamos diciendo es la designación de Guzmán Peralta como jefe de la Policía, teniendo conocimiento de las irregularidades detectadas en su gestión al frente de la DIGESETT, a un desfalco -según una auditoría que tenemos en nuestro poder- de más de 421 millones de pesos en perjuicio del Estado.
Las maravillas de Guzmán Peralta no solo están en la JCE, en su protagonismo de febrero del 2020, sino, entre otras acciones, sus pasos por el Departamento de Falsificación de la Policía, y otro hecho repugnante que cometió, siendo capitán.
Hoy ha sido todo un desastre… Su historia está ahí, a la vista de la sociedad, y con su “Consejo”, el presidente Abinader lo ha confirmado.
Por eso es que insistimos, y seguiremos insistiendo, en que el presidente debe conocer el pedigree de cada uno de los oficiales generales de la Policía Nacional, a la hora de sustituir al funesto director de la Policía.
Pero no solamente conocerlo, sino, rechazar tajantemente a todo aquel que hiede a corrupción, o que haya sido beneficiado, directa o indirectamente del narcotráfico, o que haya incurrido en cualquier acción criminal, aunque sea robar vehículo, siendo capitán, o despojar a ciudadanos de sus motocicletas, y llevárselas para su finca.
El presidente Abinader debe colocar al frente de la Policía a un oficial general, que nunca haya sido señalado en casos denigrantes, sin compromiso con la corrupción, y mucho menos, con el narcotráfico, que actúe con drasticidad, pero apegado a las leyes, sin violentar los derechos humanos.
Por cierto, nos enteramos de que por ahí anda un oficial, conocido como Ramón Antonio Javier Manzueta (Chacumbele), diciendo que su jefe y ‘canchanchan’, el que lo salvó de la horca, ¡perdón!, de que lo cancelaran cuando le dio una golpiza a una mujer, ya le informaron de que será el próximo director de la Policía Nacional.
Pero, esa versión, para nosotros carece de veracidad, porque creemos que el presidente Abinader no incurriría en un error, tan garrafal, de colocar al general Francisco Osoria de la Cruz, como jefe de la Policía.
Una designación de esa naturaleza, sería darle el tiro de gracia, el tablazo final para destruir, definitivamente la Policía Nacional.
Osoria de la Cruz compite con Guzmán Peralta por el título del “peor” director de la AMET/DIGESETT, en toda su historia.
Cuando se hable del general Osoria de la Cruz como director de la DIGESETT, se hablará de caos, de desastre en el tránsito.
¡Atención, Faride Raful! Por más que brinque y salte, la inseguridad, por el momento, no tiene remedio, no tiene cura, porque los galenos que dirigen la Policía, carecen de capacidad para frenar el desbordante avance de la criminalidad y la delincuencia.
Ahora bien, hay capacidad para seguir engañando al presidente Abinader, metiéndole el cuento de que los homicidios, la violencia y la criminalidad, han disminuido. ¡Por Dios! Y todos estos muertos, y asaltos por dondequiera.