¡Ojo, Presidente! No se deje meter meter «gato por liebre»
¡Cógelo, Picante! La 'reforma' es un mito, una cosa es con guitarra y otra con violín, y mientras tanto, la inseguridad sigue avanzando
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Buenos días…
Una vez más tenemos que escribir sobre el alarmante y preocupante tema de la inseguridad ciudadana en nuestro país, y cada día la situación es peor.
Seguiremos refiriéndonos a este tema hasta que el presidente Luis Abinader tome las medidas necesarias para ponerle fin a esa terrible pesadilla, que se extiende a lo largo y ancho de todo el país, y que afecta a toda la sociedad.
Estamos completamente convencido de que la inseguridad ciudadana, que tanto daño ha provocado, y está provocando en nuestro país, únicamente mejora poniendo en marcha la careada y mal llamada, hasta este momento, «reforma» policial.
Hasta este momento, esa cosa que llaman «reforma» policial es un mito, y si Faride Raful, ministra de Interior y Policía, quiere que también nos someta a la justicia, por «injuriar», «difamar» o «bombardear» esa reforma, que en un momento pareció arrancar, pero luego cayó en un pantano, donde permanece estancada.
Eso sí, tenemos que reconocer, y lo hemos dicho, los esfuerzos que ha realizado el presidente Abinader para transformar la Policía Nacional, mejorando el salario de los policías y equipando esa institución. Eso es sumamente importante, pero no significa reforma o transformación. Con cambio de uniforme y de logo, no se reforma la Policía, y mucho menos, designando un consejo administrativo de empresarios, que parecen ser, son los únicos que existen en el país, y que de policía saben menos que Faride Raful.
Así no se va a «reformar» la Policía Nacional. Ese consejo debió de ser integrado, además, por policías activos y retirados, muchos de los cuales tienen suficiente capacidad y honestidad para dirigir y administrar los fondos del Estado, que recibe esa institución.
La Policía Nacional es una institución de seguridad nacional, y por tanto, no puede ser administrada por una alianza público-privada, que es lo que se percibe en el horizonte.
El presidente Luis Abinader es responsable del desorden administrativo que, en estos momentos existe a lo interno de la Policía Nacional, y que él lo confirmó al designar un consejo de empresarios para administrar los fondos de esa institución, aunque algunos de los miembros de ese consejo no ha hecho nada para mejorar la educación nacional, y mucho menos, para resolver el problema energético de República Dominicana.
El presidente Abinader es culpable de lo que está pasando en la Policía, por designar en sus principales mandos a oficiales generales, totalmente cuestionados, comenzando con el actual director general, Guzmán Peralta, siguiendo por el subdirector y el Inspector General, y de ahí para abajo, es lamentable decirlo, pero es la verdad, y podemos probarlo, casi todos, están cuestionados. Por su pasado lo reconoceréis.
Y de esa lista no se pueden escapar los directores de Asuntos Internos, dela DIGESETT, de la Policía Preventiva y del Distrito Nacional. Los directores de Recursos Humanos y de la Cooperativa, están bailando en los escándalos que están conduciendo a la Policía hacia el abismo.
Pero, además, tomando un sólo caso como ejemplo, el Ministerio de Interior y Policía no puede hablar de «reforma». Y decimos esto, por aquel famoso caso de reintegro. Que es una vergüenza. Escándalo que llegó hasta el oído de la Casa Blanca. Faride Raful sabe muy bien de quien se trata. Fue promovido por Jesús -Chú- Vásquez y pasó en su gestión.
Qué bonito se escuchaba decir al presidente Abinader, en el 2018, que la inseguridad arropa a toda la ciudadanía y que su programa de gobierno, daría prioridad a la lucha contra la delincuencia, para devolver la paz y tranquilidad a las familias dominicanas. Presidente, la inseguridad no se combate con palabras bonitas, en campaña. La inseguridad no se combate con inseguridad. La delincuencia no se combate con delincuencia.
Pese a la «reforma» del presidente Abinader y de Faride Raful, los policías siguen metiéndose en líos.
El accidente de la avenida 30 de mayo, el viernes, demostró nuevamente la inseguridad en el país, en este caso, la inseguridad vial. ¡Perdón! se nos olvidó, la DIGESETT ahora es un organismo recolector de impuestos, no de seguridad.
Hay una amplia zona de Santo Domingo Norte, municipio donde la inseguridad es sumamente terrible, que la gente está abandonando sus propiedades por temor a una pandilla de delincuentes, y algunos lugareños dicen que esa zona es «tierra de nadie». Por ahí infiltramos un equipo de ¡Cógelo, Picante!
En los primeros 17 días del año se registraron en el país 56 homicidios, mal contados, y 3,547 robos. Eso dice la propia Policía, y es una vergüenza. 31 de esas muertes fueron por conflictos sociales y 12 ejecuciones policiales.
Esa cifra se ampliará a fin de mes, sino maquillan las estadísticas, que de por sí vienen maquilladas, con el asesinato de un empresario y su chofer, los muertos violentos en Santiago, que pasan de 5 en los últimos días, y los del kilómetro 20 de la carretera de Yamao. Pero, faltan muchos más.
Hasta la próximas, seguiremos sugiriendo al presidente Abinader las cualidades que debe tener un jefe de Policía y sus altos mandos, para que no incurra en más errores, como con la designación de Guzmán Peralta y otros, que hoy tienen a la Policía convertida en un desastre operativo y administrativo, y que se cuídese de Andrés Bautista, y hasta de sus propios hermanos, que no conocen la Policía, para que no le metan gato por liebre.