Rusia adelanta no aceptará tropas de la OTAN en Ucrania
Rusos toman control de la ciudad de Sudzha, en la región de Kursk, destruyen un cohete HIMARS y eliminan 225 soldados ucranianos

EUROPA
Aunque en el horizonte se percibe una solución transitoria al conflicto Rusia-Ucrania, la situación sigue encendida, al rojo vivo, y en luego del encuentro Kiev-Washington, en Arabia Saudita, el ejército ucraniano lanzó un nuevo ataque, pero fue derrotado por tropas enemigas, perdiendo al menos 225 soldados.
Mientras tanto, tropas rusas izaron la bandera de su país, en el centro de Sudzha, en la región de Kursk, que estaba bajo control de Ucrania desde agosto del pasado año 2024.
En tanto que, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, adelantó que Moscú no permitirá, bajo ninguna circunstancia, el despliegue de las fuerzas de paz de la OTAN en territorio ucraniano.
Derriba cohete
El grupo de combate Oeste, de Rusia, derribó un cohete HIMARS y 28 drones ucranianos, en las últimas 24 horas, en una ofensiva, donde Ucrania perdió 225 militares y varios equipos.
El portavoz de esa unidad, Ivan Bigma, hizo saber que las defensas aéreas destruyeron, además, dos tanques T-72 y T-64, dos vehículos blindados de combate, seis camionetas y tres cañones de artillería de campaña.
Durante la operación, dijo, dos militares ucranianos se rindieron como prisioneros de guerra, y fueron destruidos 28 puestos de control de drones y cuatro estaciones de comunicación por satélite Starlink.
Libera a Sudzha
Mientras tanto, tropas rusas izaron la bandera de su país, en el centro de Sudzha, en la región de Kursk, tras liberar esa ciudad, que estaba bajo control de Ucrania, desde agosto del pasado año.
Uno de los combatientes en la línea del frente dijo que “eenemigo está desmoralizado, muchos huyen, abandonan sus posiciones. Ya estamos en el edificio administrativo en el centro de Sudzha”.
Se informó, igualmente, que los aviones de ataque rusos, apoyados por operadores de drones FPV, están suprimiendo activamente los focos de resistencia y destruyendo las unidades restantes de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Rusia y el alto el fuego
Este miércoles, Dmitry Peskov, secretario de prensa del presidente ruso, hizo saber a los medios que Moscú está analizando cuidadosamente las señales entrantes sobre el encuentro de Estados Unidos y Ucrania, celebrado el martes en Arabia Saudita.
Dijo que Rusia espera aclaraciones de la parte estadounidense sobre los detalles de los acuerdos alcanzados, incluido el alto el fuego propuesto de 30 días.
Peskov subrayó que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, que participaron en las negociaciones, deben proporcionar información concreta sobre la esencia del acuerdo para que el Kremlin pueda formular su posición.
Los contactos entre Rusia y Estados Unidos están previstos para los próximos días y se anunciarán más adelante.
Peskov no descartó, espero, que durante estas conversaciones se pudiera plantear el tema de la conversación telefónica entre Vladimir Putin y Donald Trump.
No acepta a la OTAN
En tanto que, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, adelantó que Moscú no permitirá, bajo ninguna circunstancia, el despliegue de las fuerzas de paz de la OTAN en territorio ucraniano.
Se dijo que la presencia de tropas de la OTAN, bajo la apariencia de fuerzas de paz, no será un paso hacia la paz, sino un intento de Occidente de consolidar el control sobre Ucrania.
Lavrov subrayó que Rusia considera estas iniciativas como una amenaza directa a sus intereses y su seguridad.
Acusó a la OTAN de pretender utilizar la misión de paz para legitimar su presencia militar en el espacio postsoviético, lo que, en su opinión, contradice los objetivos de desmilitarización y neutralidad de Ucrania, expresados anteriormente por Moscú como condiciones obligatorias para la paz.
El ministro también recordó que cualquier acuerdo debe tener en cuenta “las realidades sobre el terreno”, incluido el control de Rusia sobre parte del territorio ucraniano, y excluir la interferencia de la alianza en los asuntos regionales.