La muerte vestía de gris
Por Augusto Álvarez
¡Increíble, pero cierto! En los últimos años en la Policía Nacional está ocurriendo lo que nunca había ocurrido.
Un cabo policial disparó a la cabeza de un oficial superior, eliminándolo, y luego se suicidó.
En Santiago, otro agente, con dos rayas en la manga de su camisa, persiguió a una joven de 18 años que habría rayado el auto que él conducía, con una pasola, y la mató.
Algo parecido había ocurrido hace unos días en Santo domingo Norte, cuando otro policía persiguió una pareja que iba en una motocicleta, y mató a una joven mujer.
El jueves, el video de un cabo de la misma institución del cuerpo de orden, vestido de civil, y en conflicto con su pareja, en una mano sostenía una cerveza y en la otra, una pistola con la cual desafío a la patrulla que acudió al lugar, avisada por los vecinos.
Antes de seguir, la pregunta ¿conocía previamente la patrulla quién era en realidad el agente?
Importante resultaría saber si a los agentes policiales se les realizan pruebas para determinar si consumen substancias extrañas, o en cambio, el «amor en tiempo de la pandemia» ha trastornado su cabeza.
El cabo que pistola en mano, vestido de civil, desafío (incluso se observa en el video dando órdenes a los uniformados) a la autoridad, para el rodaje de una película.
El caso del cabo que liquidó al mayor policial y luego se suicidó, la joven de 18 abriles perseguida y asesinada por causarle una ligero arañazo al auto que él conducía ¿es razón para matar?
En los casos, dos estarían relacionados con los celos, en tanto que el de la joven de la pasola ¿la droga o la falta de un control sicológico de las emociones de los agentes?
