REFLEXIONES: Debo dejar el planeta
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Saben ustedes que el elemento agua es muy importante en la vida del ser humano. A través del bautizo con el agua, recibimos el Espíritu Santo y nos incorporamos a la vida como verdaderos hijos de Dios.
El cuerpo humano está compuesto de un 60 por ciento de agua, el cerebro de un 70 por ciento, la sangre de un 80 y los pulmones de un 90 por ciento, o sea sin agua ningún ser vivo sobre la tierra puede subsistir. Imagínate que el 70 por ciento del planeta es agua.
Víctor Martínez te comparte esto porque cuando estoy debajo del agua me vienen las mejores inspiraciones a la mente, una ducha larga me invita a la meditación y me transporta a un estado especial en el que fluyen grandes ideas, pensamientos, inspiraciones y oraciones.
Acabo de vivir la experiencia y llegó a mi mente esta expresión: “Debo dejar el planeta”, la expresión no fue: “debo morirme”, si no “debo dejar el planeta” y aunque en el fondo podría ser lo mismo, la expresión para mí tiene un sentido más trascendental, debo pasar a otra dimensión, a otra vida, a otro estado.
¡Muy interesante!, espero que mi amigo, el psiquiatra no me mande a llamar, o que alguno más que otro se esté riendo por ahí de esta gran verdad.
Siempre he sido una persona muy abierta a todas las creencias, filosofías, religiones y he vivido estudiándolas y los grandes maestros, ministros, sabios, saben de lo que estoy hablando.
Claro que, mientras tanto, mis queridos hermanos, me toca aquí, en el planeta Tierra y aunque de vez en cuando podríamos ausentarnos, y darnos unas escapaditas para escudriñar otra dimensión, pienso que aún no es mi tiempo.
Y lo que es mejor aún, sin importar las diversas corrientes, muy de moda en estos tiempos, los estilos personalizados de percibir a Dios, o de decir no creo en Dios, de muchos, mis amistades esotéricas que tanto saben, debo confesarles que yo, Víctor Martínez, Creo en Dios Padre Todopoderoso,
Creador del Cielo y de la Tierra, en Jesucristo su único Hijo, que fue concebido por Obra y Gracias del Espíritu Santo, y se encarnó en Santa María Virgen.
Hasta la próxima.