Then, Gloria y Supérate ¡Cógelo! Picante
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Por Ysidro Hidalgo
-De emergente-
Ahora comprendemos y estamos de acuerdo, el director de la Policía Nacional, Eduardo Alberto Then, no estaba obligado a ir a la Cámara de Diputados.
Si nos invitan a cualquier lugar, vamos si podemos, si queremos. No es una obligación.
El Senado y la Cámara de Diputados deben dejar a un lado esa cuestión de “invitar” a funcionarios a que vayan al Congreso a explicar tal o cual cuestión, especialmente cuando se trata de asuntos relacionados con la corrupción, la inseguridad nacional o escándalos, como lo ocurridos en dotaciones policiales.
A esos funcionarios, hay que interpelarlos. No se debe ser más “papita” que el Papa.
El Poder Legislativo, en República Dominicana, actúa como un poder secundario, no como el Primer Poder del Estado.
Gloria Reyes ha convertido a la Dirección de Supérate en una especie alta corte, donde ella es ley, batuta y constitución.
Al Estado lo estafan con más de 154 millones de pesos del plan Supérate y la jefa dice que ese caso está cerrado. Es decir, parece que ella emitió una sentencia irrevocable.
Sabemos que hay involucrados unos colmaderos, como responsables de la estafa.
La gente, de boba, se pregunta, ¿y por qué no se denunció el robo de las tarjetas?
¿Quién o quienes sustrajeron las tarjetas?
¿Cómo llegaron esas tarjetas a manos de los colmaderos?
¿Por qué tanto afán de la señora Gloria Reyes de cerrar un caso que debe ser investigado y llevado hasta las últimas consecuencias, ya que el dinero robado no es de su propiedad, sino del Estado dominicano?
La población comienza a molestarse, a criticar al Ministerio Público “independiente”, porque para algunos casos es diligente, y para otros, negligente.
Supérate y el Gabinete Social, forman parte de la negligencia.
A uno lo estafan con más de 154 millones de pesos. El otro, distribuye entre artistas más de 100 millones de pesos, y nada pasa.
República Dominicana sigue siendo un escenario de la corrupción… Ahí está el caso de las licitaciones.
República Dominicana sigue siendo un escenario privilegiado para la impunidad… Ahí está el caso de la Policía. Una auditoría revela una mafia en los combustibles, y los responsables, disfrutando de sus riquezas.
¡Vaya, mi Dios! ¿Y dónde está el cambio?