No puedo parar
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AUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba arkadasim ¿nasilsin?.
Al llegar a mi mensaje 3000, pensé dejar de escribir, ya es mucho lo que he dicho y en ocasiones hasta he llegado a dudar de mi capacidad para continuar mis inspiraciones, sin embargo, no he podido parar.
Levantarme a las 5 de la mañana que es cuando llegan las inspiraciones, tener que estar pendiente cada día a enviar estos mensajes a más de 8000 personas en el mundo entero, interrumpir vacaciones, descanso, estando en cualquier parte del mundo, ha sido un gran sacrificio, que sólo se convierte en gozo, por tratarse del Espíritu Santo.
Cada vez que siento la tentación de dejar de escribir, el Espíritu Santo se las ingenia y utiliza a algunos de mis oyentes que me motivan a continuar, al manifestarme la importancia de un determinado mensaje para su estabilidad emocional, la respuesta que a través de mí Dios le envió, cómo le impactó un mensaje para salir de la depresión, zona de confort o X situación, en fin, comentarios que llegan a mi alma y corazón, me estremecen y me obligan a tomar de nuevo el camino.
Cuando alguien me pide escribir sobre determinado tema, he tenido que aprender a decirle, no soy yo, debo esperar el día que el Espíritu de Dios me inspire y ponga en mi mente y corazón ese tema.
A veces no sé qué es lo que pasa, me he sentido extraño viviendo esta experiencia, he querido manejarla a mi antojo, pero algo no me deja, es entonces cuando me convenzo de que debo dejarme guiar, debo medir mis palabras, debo orar antes de escribir, debo sentarme con las manos en la compu a esperar que la inspiración brote y se muevan mis dedos.
Víctor Martínez da gracias a Dios por utilizarme, a pesar de ser un hombre común, pecador, indigno de Él, antes me llevaba al púlpito a predicar la Palabra a determinados grupos de feligreses, hoy en mi lugar sagrado llevando el mensaje a miles de personas por el mundo entero.
Bendito y alabado sea mi Señor, Rey del Universo y hacedor de todo lo creado, a ti todo el honor y la gloria.
Hasta la próxima.