Hagamos un trato
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba arkadasim ¿nasilsin?
Me encontré este pequeño escrito de Mario Benedetti, titulado “Hagamos un trato”, dice así:
“Si alguna vez adviertes que te miro a los ojos, y una veta de amor reconoces en los míos, no pienses que deliro, piensa simplemente que puedes contar conmigo.
Si otras veces me encuentras huraño, sin motivo, no pienses que es flojera, igual puedes contar conmigo.
Pero hagamos un trato: yo quisiera contar contigo, es tan lindo saber que existes, uno se siente vivo, y cuando digo esto, no es para que vengas corriendo en mi auxilio, sino para que sepas que tu siempre puedes contar conmigo”.
Son pequeños escritos que se nos cruzan en nuestro camino y que nos recuerdan nuestros años de juventud, cuando de adolescentes solíamos enamorarnos con poesías, serenatas, flores, detalles y miradas.
Son muchos los jóvenes que se preocupan, desde temprana edad, por encontrar una noviecita y que me consultan qué hacer y cómo hacerlo, a lo que siempre respondo, luego de impartirles un taller de entrenamiento que tengo, titulado, “Cómo impactar”, que la mejor manera de conquistar es siendo siempre detallista, caballero y capaz de escuchar a su pretendida con atención.
Cuando se trata de ellas, en una cultura como la nuestra, no me queda más que decirles que, aunque en algún momento determinado se deje sentir, con una mirada o coquetería, la indiferencia insistente hacia su pretendido, la podría llevar al éxito de su conquista, si te le estrella, como dicen ustedes, saldrás perdiendo.
Víctor Martínez les recuerda jóvenes, que existen innumerables obras que los podrían hacer crecer en sus relaciones humanas y conquistas, dos favoritos de mi juventud fueron: El arte de amar de Erick Fromm y Cómo ganar amigos e influir sobre los demás, de Dale Carnegie, entre otros muchos.
Por supuesto que nunca me faltó la lectura del mejor de los libros y el que tiene los más sabios consejos, Las Sagradas Escrituras, hoy acompañado, además con el Corán.
Mis queridos, pónganse las pilas, salgan de esas habitaciones, suelten esas computadoras, pónganse en manos del Señor y ha socializar, que les garantizo que serán muy exitosos.
Hasta la próxima.