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Ellos murieron bajo protección de la seguridad

 

Por Augusto Álvarez

«Favor de entregarse por las vías que estimen conveniente «, suele ser el mensaje oficial de la Policía Nacional, cuando está persiguiendo a alguien.

Pero, ¿quién garantiza que una vez en poder de la ¡seguridad! se esté más cerca de la muerte?

Veamos: Si excluimos el caso del ejecutado en el destacamento en Naco, ahí observamos a David de los Santos, y de manos de la Seguridad policial, a la funeraria.

¿Qué sucedió en San José de Ocoa con José Gregorio Custodio, detenido y masacrado por la seguridad policial, y con apenas 38 años, del cuartel a la funeraria.

Parecería que abril es el mes más activo para la Policía, pues al barbero Richard Báez se lo tragó la seguridad en Santiago.

A José Antonio Espinal lo baleó una patrulla, en Villa Faro, ante su madre, ¿y para qué agregar el final?

Su madre Josefina Gutiérrez, al ver a su hijo baleado en la vía, trató de recogerle, y fue el último suspiro del fruto de su vientre.

Mientras, los agentes policiales en Moca, al parecer, les dieron pasado al joven haitiano Joselen Jean. ¿Por no decir Perejil?

Y todo esto ocurrió en medio de la «reforma» policial puesta en marcha por el gobierno.

Quisiéramos entender que Chu Vásquez, como superior de la Policía, y esforzándose en garantizar «la seguridad ciudadana», carece de tiempos para responder por el desborde de las muertes a manos del cuerpo de «orden», y si carece de tiempos, ¿piensa irse?

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