Los topos y rescatistas, héroes reales

Reconocer la entrega de los topos y rescatistas, como seres especiales que exponen sus propias vidas para salvar a otras, lo que debería ser una preocupación de las autoridades.
Incluso, esos topos, buzos y/o personas que se dedican a la búsqueda de seres atrapados en cualquier nación, entre escombros producidos por fenómenos naturales (, como el terremoto), hurgar entre el desastres, exponiendo su vida para salvar otras, obliga a inclinarse en forma respetuosa ante tales personajes pro vida.
El terremoto que rompió la tranquilidad en Turquía y Siria, dejó entrever el lado más oscuro de la tristeza.
¿Cómo recibir la información de que desde lo más profundo de las edificaciones, fueron regresados a la vida, niños con menos de mes y medio de haber salido de la bolsa amniótica, y que por más de 48 horas sobrevivieron sin alimentos entre los escombros?
Esas criaturas especie de regalos de la naturaleza, crecerán en algún hogar, y no sabrán quienes fueron sus padres, y menos los rescatistas llegados quién sabe de dónde, para regresarlos a un mundo extraño.
Idénticas labores realizan quienes buscan sobrevivientes en embarcaciones que zozobran en frágiles naves.
Escuchar los lamentos de ciudadanos atrapados en edificios que no resistieron las furias del terremoto e ir a socorrerlos, es una obra que amerita ser ponderada.
En el 2010, cuando se produjo el terremoto en Haití, hubo unas 23 mil víctimas, y no fue una cifra mayor por los rescatistas.
Ahora, con lo sucedido por el terremoto en Siria y Turquía, es donde más importancia adquiere el trabajo de los topos.