Mormones, Evangélicos, Testigos y otros

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REFLEXIONES…

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

¿Qué hay que hacer cuando los Testigos de Jehová, los Mormones, Evangélicos u otros seguidores de otras sectas llegan a la casa de un católico para entablar una conversación?

Ante todo, Víctor Martínez quiere aclarar que siento gran respeto por todo el que se dedica a las cosas de Dios, sin importar su forma de creer en Él, su religión, filosofía o estilo de vida, sin embargo, como buen católico mi deber es orientar a mis seguidores tratando siempre de buscar la verdad y fomentar la paz y el amor.

Hay que precisar cuál es la verdadera intención de un visitante de otra creencia que viene a tocar nuestra puerta. Por lo general ellos dicen que quieren hablar de la Biblia y conversar acerca de Dios y de la religión, sin embargo, he podido comprobar que la mayoría de las veces su verdadera intención no es ésta, sino la de arrebatar la fe a los católicos. Eso y nada más es lo que quieren. Quitar a los fieles su fe católica. Hablar de la Biblia o de Dios es sólo el pretexto para llegar a este final que es quitar la fe a los católicos.

Por eso, mis queridos hermanos, no olviden que “católico ignorante, futuro protestante”.

Y los hechos comprueban esta afirmación, porque sabemos de algunos buenos católicos que por cortesía, buena educación, o por otras razones, aceptaron conversar con ellos sobre la Biblia o sobre Dios, y se pasaron a ser Testigos de Jehová, Mormones o de otras sectas y abominaron después contra su antigua fe católica.

Hay que tener claro que esta visita de los Testigos de Jehová, de los Mormones o de otras sectas a las casas y familias católicas no tiene otra intención ni otro propósito que arrebatarles su fe católica. Conociendo esta realidad, la respuesta es obvia: ¿Quiere usted conservar y defender su fe católica? No los reciba. ¿Quiere usted poner en peligro su fe católica? Piense mejor lo que debe hacer, sobre todo si usted está consciente de su mala preparación para defender su fe, pues los católicos tenemos tan arraigada nuestra fe y confianza en Dios, que sólo nos basta, saber que Él es nuestro Padre y nos ama, para decirle amén.

No conozco a ningún hijo que se haya dedicado a escudriñar el pasado de sus padres o a cuestionarle su forma de educarlo, para amarlo, nuestros padres son nuestros padres y siempre creemos que harán lo mejor para nosotros, a los católicos les pasa algo similar.

Recuerdo que hubo un tiempo en el que andaba con postales de la Virgen de la Altagracia, y cada vez que un hermano separado se acercaba a mi a entregarme una revista o volante, yo le hacía el intercambio, no me recibían a la Virgen y yo no le recibía su material.

Hermano católico, ama a todo el mundo sin importar sus creencias, no los juzgues, ni pretendas decir que están equivocados, pero no le abras las puertas de tu corazón para recibir sus teorías o postulados, si ellos son personas de Dios, deben respetarte, no criticarte y amarte tal cual eres. Escuchar en un púlpito a un ministro de otra religión acabando con los católicos, es la mejor señal de que ése no es un hombre de Dios y de que no tiene la verdad.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesía del Ingeniero David Peláez.

Hasta la próxima.