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Ni ellos mismos se creen sus cuentos… ¡Cógelo, Picante!

Buenos días…

El mal comio, no piensa…

Eso es lo que creen algunos. Pero, como decía Miguel de Cervantes Saavedra, del dicho al hecho hay un gran trecho.

En este país, hay gente que quiere hacer creer que con cuentos y mentiras, resolvieron los problemas de la población.

Los españoles nos engañaron con espejismo, ahora nos quieren engañar con una lluvia de publicidad.

¿Y por donde anda el organismo que castiga la publicidad engañosa?

Y para que vea que no somos tontos, y que el mal comío, no piensa, ¡Congelo, Picante!

4 años más de alto precio de la comida.

4 años más de alto precio de los medicamentos.

4 años más de alto precio de los combustibles.

4 años más de alto precio del pasaje.

4 años más de alto precio de la factura eléctrica.

4 años más de apagones.

4 años más de falta de agua en los barrios.

4 años más de inseguridad.

4 años más de muertes de recién nacidos en las maternidades.

4 años más de desastre en los bosques.

4 años más de desórdenes y falta de atención en los hospitales.

4 años más de inseguridad vial.

4 años más del desorden vial, del caos en el tránsito.

4 años más de muertes por accidentes de tránsito.

4 años más para acabar con los ríos.

4 años más para vender visas a haitianos sin consulados en Haití.

4 años más para permitir el tráfico de haitianos por la frontera.

4 años más de falsas promesas.

4 años más de mentiras.

4 años más de engaño.

4 años más de hambre.

4 años más de pobreza.

4 años más de improvisaciones.

4 años más de amar y no dar.

4 años más de crear falsas ilusiones.

4 años más de maltrato.

4 años más de Fideicomiso

4 años de gobierno de los popis.

4 años más de burlarse de los wa-wa-wa.

4 años más para meternos gatos por liebres.

La verdad es que este gobierno se cree el cuento de que el mal comio no piensa.

 

Nota del editor: (El autor de estos picantes, Nicanor Ramírez, es lector de RI, reside en Santo Domingo y pidió una «oportunidad» para desahogarse. Pues, dijo estar hastiado de sufrir tantas desilusiones. ¡Cógelo, Pica!)

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