Principal balneario turístico de Miches se convierte en un peligro público

Está huérfano, abandonado y sin seguridad
Por la Redacción
Miches luce un pueblo huérfano, sin autoridades y sin dolientes.
El futuro de este pueblo, anclado a orilla del Océano Atlántico, descansa en su enorme potencial turístico.
Sus playas son extensas y, sin lugar a dudas, entre las más bellas de República Dominicana.
Miches es un paraíso turístico, que carece de abogados, porque nadie lo defiende. Sus autoridades desconocen el daño que están haciendo a este pueblo, están asesinando la gallina de los huevos de oro. Están matando al turismo.
Su principal baleario, conocido como Playa Arriba, es sumamente extenso, hermosísimo y es visitado frecuentemente por bañistas locales, radicados en otras ciudades, así como por vacacionistas nacionales y turistas extranjeros.
Miches es una gran atracción.
Este bello y natural paisaje, que no tiene que envidiar, absolutamente nada, a ningún otro balneario del país, ha recibido golpes tras golpes, y a pesar de ello, continúa siendo un paraíso.
El primer cruel golpe, lo recibió cuando un personaje local que, según afirman algunos munícipes, cuenta con excelentes amigos a nivel del Palacio Nacional, desforestó una extensa llanura, en plena cima de la cordillera, donde nace el río La Yeguada, que desemboca próximo al balneario Playa Arriaba y que alimenta de agua potable a la población.
Desde que se produjo esta criminal acción, sin que el Ministerio de Medio Ambiente, tomara carta en el asunto, el balneario Playa Arriba se ha visto afectado de la contaminación del río La Yeguada.
Cuando llueve, el río La Yeguada se contamina, se torna fangoso, afectando al balneario Playa Arriba.
Las aguas de este balneario eran azules y, en ocasiones, cristalinas, pero ahora lucen turbias, sucias.
En los últimos meses, este maravilloso balneario se ha convertido en un peligro para sus visitantes y las autoridades municipales, lo tienen abandonado.
Incluso, se dice que el alcalde lo abandonó y su cuidado fue puesto bajo control del dueño y de los administradores del restaurant “La Playita”, versión que no pudo ser confirmada de manera oficial, pero que es un “secreto” a voces.
Aquí está ocurriendo, lo que hace tiempo no ocurría.
Su hermosa y extensa playa, ubicado a unos 700 metros de la pequeña ciudad de Miches, se ha convertido en pista para hacer competencia de motocicletas.
Para hacer exhibiciones y maniobras en vehículos lujosos.
Se producen carreras de caballos y hasta perros se pasean por la playa, lo que es arduamente criticado por visitantes.
Las autoridades municipales permiten el estacionamiento de vehículos a escasos metros de las aguas.
Las competencias en jet skies son frecuentes, lo que también es censurado por bañistas, que temen, incluso, disfrutar de las aguas de este mal administrado balneario.
Algunos visitantes deciden no entrar al agua e irse con la cara larga, porque no saben, a quién reclamarle.
Lo que en otras playas está prohibido, aquí está permitido, convirtiendo en un verdadero peligro el turismo local.
La gente dice que el desorden en el principal balneario de Miches es tal, que en ocasiones, los turistas llegan y cuando observan el triste panorama, deciden abandonar el lugar.
Y esto fue lo que comprobaron periodistas de este digital que, el pasado domingo, visitaron a Miches y cuando observaron el peligroso panorama que se vive en este balneario, decidieron cambiar de rumbo y seguir transitando, más hacia el Este, no, sin antes, conversar con algunos munícipes y comerciantes de la zona, fura de récord, quienes narraron las vicisitudes que confrontar el turismo municipal para lograr su despegue.
Y lo peor es, que no hay a dónde quejarse.
En otras administraciones municipales, este balneario recibía atenciones especiales. Era vigilado frecuentemente. No se permitía la entrada de vehículos, ni las competencias de Jet skies.
Ahora es un desorden total, un peligro público.
Los bañistas señalan que esta playa se ha convertido en un lugar estresante en vez de desestresante.
Durante la visita de los reporteros de este digital, no se observó ningún tipo de seguridad en el balneario, lo que demuestra que aquí, en este pueblo, las cosas andan mangas por hombro.