Atentado en prieto y claro

Por Augusto Álvarez
Se estila decir que a cualquiera se le muere un tío, y para ambos fue su noche de suerte.
Según los investigares, David Ortiz no era el hombre en el punto de mira, sino un amigo suyo de nombre Sixto David Hernández.
En la trama criminal se podría pensar que la capacidad de razonar se ha perdido.
¿Recuerdan que apresuró el colapso de la guerrilla en Colombia? Una computadora preñada de información caída en manos del gobierno.
Asimismo, ¿recuerdan como atraparon al Chapo Guzmán? Una llamada desde un celular recepcionados por expertos, y ahí se sepultó Guzmán Loera.
Entonces, una extraña comunicación de prisioneros en Azua con alguien en Estados Unidos, ahora fue la clave en armar el muñeco, en el caso del gigante de todo, David Ortiz.
La ingenuidad delincuencia desconoce la capacidad de expertos para rastrear llamadas?
Ahora, en cuanto al parecido entre David Ortiz y Sixto David Hernández, el presunto blanco, juzgue usted.
Vea aquí, la diferencia.
Aun se visualizan «zonas oscuras», pero a una rueda de prensa kilométrica, en la cual se aspiraba a saber más.