REFLEXIONES: Conviértete.
AYÚDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Llega un día en el que todo ser humano por más incrédulo, superficial, pecador o ateo que sea, no se resiste frente al llamado del Señor. Es este el momento de enfrentar la realidad de su conversión.
El Padre nos dice: “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra, pues el Señor su Dios es compasivo y misericordioso. Si ustedes se vuelven a él, jamás los abandonará. Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría.
El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.”
Él nos dice: “Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse, y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente. Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor.”
Arrepentirnos, bautizarnos, en el nombre de Jesucristo es alcanzar el perdón de nuestros pecados y recibir el don del Espíritu Santo, tal como nos lo dice Pedro.
Tú, Víctor Martinez, todos los que me escuchan en este momento, tenemos aún la oportunidad, de ser mejores personas, siendo humildes, reconociendo nuestras fallas y buscando el perdón de Dios. Anímate, mañana podría ser muy tarde.
Hasta la próxima.
