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El cuchicheo alertó al cornudo y el velatorio fue tormentoso

Por Augusto Álvarez

La situación que vive en prisión el que estranguló a su pareja en barrio Villa Faro, sector Playa de Muertos, en San Pedro de Macorís, se llena de rumores.

La conducta inmoral de la hoy víctima, sus extremos gastos y los cuchicheos que llegaron hasta “el cornudo», se amontonaron y lo convirtieron en un estrangulador.

El historial de la joven Frangelis Frías de Padua fue investigada post mortem, arrojando sus andandanzas. Por ejemplo,  a cuántos días estuvo de irse en yola, qué fumaba, cuando el hombre llegaba de Bávaro, donde trabajaba, ¿atendía su hogar y cuál tipo de recepción recibía el hoy estrangulador?

Quitarle la vida a una mujer, y además con dos criaturas, merece un castigo ejemplar, nadie lo pone en duda.

El feminicidio llegó a la familia, justamente porque Frangelis se habría aproximado demasiado al letrero donde se leía: ¡Peligro! Cable de alta tensión.

En el vecindario, donde residía Franchelis Rosalia, la joven estrangulada, indicaron al matador que abriera los ojos con su mujer, él así lo hizo, y quizás vio demasiado.

Incluso, una vecina habría recomendado al hoy estrangulador hacerse un chequeo médico, y al regreso apareció con una enfermedad venérea, lo que no pudo digerir, pues nunca tenía relaciones extra hogar, y se dijo, asimismo, soy un cornudo.

Ahora se lamenta y dice haber estado ciego, siendo el suyo un exceso de amor estúpido, pues más importante eran los niños.

Pero, Frangelis no descansará en paz, pues su velatorio fue tormentoso, lleno de comentarios desastrosos e indignos, que desnudaban su paupérrima conducta.

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