REFLEXIONES: Tú puedes ser santo

AYÚDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Hoy nos manda el Señor a ser santos, o sea a portarnos bien, a evitar el pecado, a tener buenas intenciones en nuestro corazón, a no odiar al hermano, no guardar rencor, no vengarse. (Levítico 19).
Nos reitera además el salmo 102 cómo el Señor es compasivo y misericordioso, perdona nuestras culpas, cura todas nuestras enfermedades y nos trata como un padre que siente ternura por sus hijos, pero por aquellos hijos que lo consideran su Padre, pues lo respetan, lo obedecen, lo aman de verdad.
Escuchar de san Pablo que nosotros somos templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en nosotros, nos pone en una
situación muy particular, pues siendo tan indignos y poco merecedores de su presencia en nosotros, Él nos ama tanto que aun así permanece a nuestro lado.
Y todo esto, porque Él espera de nosotros una actitud frente a los demás como nos la describe san Mateo:
No enfrentarnos con quien nos insulta, quien quiera pelear evadirlo, quien requiere de nosotros y nos pide algo, darle más de lo que nos pidan, amar a nuestros enemigos y orar por ellos, son estos los comportamientos importantes para llegar a la perfección espiritual que Dios quiere.
Víctor Martínez desea compartir contigo hoy esta reflexión, pues quiero que las Palabras del Padre queden tan impregnadas en tu corazón, que tu seas capaz de entender lo especial que eres para Él y cómo el Señor desea tu bienestar y felicidad, tu santidad y perfección. Nunca es tarde.
Hasta la próxima.