Muerte de Yerry provocaría «guerra» entre narcotraficantes

Su nombre verdadero era Yerry Pascual Cordero Sosa, de 27 años, el hijo adorado de su padre, el narcotraficante Pascual Cordero Martínez (El Chino), preso y condenado por lavado de activos provenientes del tráfico de drogas y por contrabando de armas de fuego.
“El es mis ojos y parte de mi vida”, dijo “El Chino”, en una ocasión, estando tras las rejas, a un compañero de prisión.

El Yerry fue asesinado alrededor de las 4:30 de la madrugada del lunes, en la principal avenida de República, la 27 de Febrero, vía céntrica del Distrito Nacional, en la capital dominicana.
Este hecho ocurrió casi al frente de una de la emisora de radio más potente del país.
Sin pensarlo dos veces, la Policía declaró que se trató de un caso de sicariato. Es decir, Yerry cayó víctima de un conflicto entre criminales.
Empero, un experto en investigaciones, inmediatamente se enteró de lo ocurrido y de la forma en que se produjo el ataque a tiros contra Cordero Sosa, pensó: “Aquí hay gatos entre macutos”.
Y parece no equivocarse, porque el caso es característico del bajo mundo, pues Yerry fue asesinado de varios balazos, precisamente el día de su cumpleaños, para que su familia, jamás olviden esa fecha, tal y como ocurrió con el coronel José Amado González y González, de la Policía Nacional, asesinado un 24 de diciembre, día de Nochebuena, por la banda de José David Figueroa Agosto (Junior cápsula).
Lo que está raro es la forma en que ocurrió, por lo que el experto investigador, dominicano, ex miembro de un organismo de inteligencia extranjero, se pregunta: “¿Por qué dicen que quienes cometieron el hecho fueron dos hombres a bordo de una motocicleta?”.
Y más adelante, vuelve a cuestionarse: “¿Por qué la Policía no dice, como es costumbre, cuantos casquillos recolectó en la escena del crimen? ¿Quién iba manejando el vehículo? ¿Dónde estaba sentada la persona, que dicen también fue herida de bala? ¿Cómo resultó la jeepeta chocada? ¿Qué tipo de arma se utilizó para cometer el crimen? ¿Si el vehículo estaba parado, cómo pudo chocar? ¿Si estaba en movimiento, por qué los disparos fueron casi todos en el mismo lugar?”
Este experto investigador declaró que Cordero Sosa era objeto de una indagación y que sería investigado en las próximas horas por el Ministerio Público con relación a su vinculación con el narcotraficante César Emilio Peralta (César el Abusador).
Declaró que sus “matones”, al parecer, quisieron aprovecharse de los conflictos entre narcotraficantes, por heredar el espacio dejado libre por “César El Abusador” y otros narcos que están prisión, para sacar de circulación a un testigo clave, en el caso del poderoso capo, preso en Colombia.
Se dijo, que Cordero Sosa trabajó de ahí-ahí con “Cesar El Abusador” y sabías quienes eran sus protectores
Mientras que fuentes de la Procuraduría General de la República informaron a este digital que, “en este nuevo caso de criminalidad, no descartaron que estén implicados oficiales activos y en retiro, colaboradores de “El Abusador”.

Aseguran, que siendo el escenario del crimen un lugar tan vigilado, frente a una emisora de radio tan popular y donde hay cámaras en todos los lugares, ¿por qué el autor o autores materiales de ese crimen, no tomó o tomaron eso en cuenta?
El ataque a tiros contra el hijo del narcotraficante Cordero Martínez se produjo en la avenida 27 de Febrero, próximo a la calle Doctor Defilló, en pleno centro del Distrito Nacional.
Cordero Sosa, de 27 años, viajaba en la yipeta Lexus, blanco 470, placa G368878 y que, tras el tiroteo, chocó con “algo”, que las autoridades no han explicado.
El investigador que habló con periodistas de este digital, a título de fuente, no descartó que los sicarios actuantes en el asesinato de Cordero Sosa también reciban “un poco de su propia medicina” y que “otros criminales” paguen por lo que no cometieron.
Declaró que si Estados Unidos no actúa con rapidez, otros testigos claves para llegar al “círculo poderoso” de amigos de “César El Abusador”, también podrían ser asesinados.