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Tres errores y un fracaso

Los diseñadores de lo que se pretendió cocinar en la olla, perdieron la cabeza en las primarias, pero al dejar la estufa encendida, se produjo la explosión en las burdas municipales  que se intentaron en febrero.

¿Cuál fue la pifia de los armadores del muñeco? El pensar en los guagua preñados de ignorancia (pensarían) y se olvidaron de los popis.

Entonces, por una brecha quisieron meter unos uniformes, perdón, pensadores, pero al estallar la olla, el contenido se expandió y se involucraron quienes por experiencia saben por dónde se le mete el agua al coco.

Al perfilarse en el escenario político un trompo que se negaba a reguilar, el procurador ordenó la detención del jefe de avanzada de la seguridad del entonces aspirante presidencial, Luis Abinader, el coronel policial Ramón Guzmán Peralta, lo presionan para que implicara al ahora Presidente electo, y ordenan allanar la casa de sus hijas en horario irregular, bajo una falsa acusación.

Una investigación de expertos extranjeros, bajo la vista del Águila, forzó a las autoridades a confrontar la brújula, y ello posibilitó aterrizar y que en las municipales de marzo se escribiera el prólogo de la victoria del cursante julio.

¿Qué es lo que sigue? Investigarlo todo, todo e incluso aquellos asuntos que la voluntad política le puso ultra protección y donde no llegó la justicia y floreció la impunidad, el pueblo espera escuchar la respuesta adecuada.

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