General desautoriza oficial cumplía con su deber

Por Augusto Álvarez
Desde el poder se patrocina la violación de la ley, pues cuando la Policía detiene a alguien de cuello blanco, éste hace llama a una persona con ramos y caso resuelto.
Recientemente, en Jarabacoa, agentes policiales ordenaron detenerse a un sujeto que conducía un auto Maserati, se detuvo, se sintió ofendido, a pesar de estar violando el toque de queda, y preguntó a los agentes: «¿Saben quién soy?.
Sacó un celular y marcó a un superior de los agentes, al general Dipré, y de inmediato, el teniente, regresa donde el violador del toque de queda, le pide excusas y agregó el clásico: ¡Perdone, señor!
En horario de toque de queda, alguien es sorprendido en un auto de lujo, ¿que impide a los agentes de la ley cumplir con su deber?
La nueva administración del Estado, y en particular, la nueva dirección de la Policía Nacional, deberían actuar con manos duras, contra los oficiales que medien en favor de quienes violen la ley.
La obligación de los agentes es llenar la infracción, con fotos del vehículo y número de matrícula y tramitarla.
Al tratarse de una violación al tránsito en horas prohibidas y en un vehículo de alto cilindraje, se impone la pregunta, ¿revisaron ese auto?
Incluso, el individuo violando la ley, llamó al General Dipré, ¿su protector?, y comprometiendo a ese alto oficial, pues ¿quién sabe lo que transportaba?
El general Dipré no debió desautorizar a esos policías, que cumplían con su deber, ya que se encontraban haciendo cumplir el toque de queda, decretado por el presidente de la República.
Mientras ese sujeto estaba paseando por ahí, ¿quién sabe dónde?, los policías estaban cumpliendo con su deber, exponiéndose a contagiarse de COVID-19.
Una fuente del policial dijo que el general Dipré (Pablo de Jesús) es el Director Regional Cibao Central de la Policía Nacional, hombre de confianza del ex ministro de Interior y Policía, Monchy Fadul.