Revelan CIA estuvo detrás de “ataques acústicos” a diplomáticos de EU en Cuba

LA HABANA
Siempre se ha dicho que Estados Unidos “crea conflictos” para poder atacar.
Lo sucedido en Cuba, en tiempo de Donald Trump, con los ataques acústicos que afectaron a diplomáticos estadounidenses, en La Habana, forma parte de esa historieta.
Y como era de esperar, allí estuvo “la mano misteriosa de la CIA”, cuyo plan era enfriar los recién recuperados lazos Estados Unidos-Cuba.
Así lo reveló el general de división en retiro, Fabián Escalante, tras denunciar el martes que la Agencia Central de Inteligencia de EU participó en los llamados “ataques sónicos” con los que la entonces Administración del presidente Donald Trump (2017-2021) intentaba justificar las más de 200 medidas que había adoptado contra la isla.
El exjefe de los servicios de Seguridad cubanos, entrevistado por Prensa Latina, declaró: “No se puede encontrar lo que no existe, esos ataques fueron una operación de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense”.
Los denominados “ataques sónicos” que provocaron el síndrome de La Habana fue un misterioso episodio de salud experimentado por el personal de inteligencia y diplomático de Estados Unidos, en La Habana, entre 2016 y 2018, cuyos síntomas fueron pérdida de audición, vértigo, dolores de cabeza y fatiga.
Sin embargo, hasta el momento no se han presentado evidencias de ataques.
Escalante afirmó que Trump buscaba un pretexto para romper los vínculos entre Washington y La Habana y asfixiar a la nación caribeña. Pero, ¿cómo emitir una onda radial que afecte a unos sí y a otros no?, cuestionó el experto, al referirse a los incidentes descritos por los diplomáticos.
El general en retiro sostuvo que el objetivo de la Administración Trump, era “acabar con el Gobierno revolucionario, aprovechar esta época y las nuevas generaciones para confundir y tratar de lograr lo que antes no lograron”.
En 2017, el Gobierno de EE.UU. acusó a Cuba de supuestos ataques “sónicos” contra funcionarios estadounidenses acreditados en La Habana, argumento refutado por el país caribeño, que inmediatamente exigió que se investigara la denuncia.
La maniobra sirvió de pretexto a la Administración de Trump para el retiro de parte de su personal diplomático de la capital cubana y dañar las relaciones entre ambos países, retomadas en 2015, por su antecesor Barack Obama, tras 54 años de ruptura.
La acción fue calificada como una “respuesta política plagada de mala gestión, falta de coordinación e incumplimiento de procedimientos”, según indica un informe del Departamento de Estado de EE.UU., desclasificado recientemente.