La tercera dosis, ¿imposición o necesidad?

La verdad es para decirla, no para encubrir, de ahí que se priorice explicar si las vacunas chinas, en la medida de lo posible, han constituido un respiro de vida para la población.
El éxito logrado por la administración de los chinos, tras la fabricación de una frontera salvadora, que desde que asomó a la vista de los dominicanos, constituyó una luz en medio de la muerte producida por el Covid-19, que ha diezmado a la humanidad.
Sinovac entró a salvar vida con los pies del pueblo, y desde el primer momento, sus fabricantes visualizaron los obstáculos que enfrentarían en su carrera para arrinconar la letal pandemia.
Ni la vacuna china llegó sola, la tercera implica la explicación de un reclamo comercial de otro laboratorio, que luego de dejar sólo al Estado para que se rascara con sus propias uñas, sin embargo, tal y como suelen actuar en el plano político, ahora llegan para introducir el signo de duda, y tratar de evitar con una estampa china, que es parte de la cotidianidad.
Competencia comercial y temor ante el gigante chino, es la clave para entender una tercera dosis, para la cual República Dominicana, es posiblemente, el ratón de laboratorio de la competencia comercial.
Desde una nación del otro lado, nos llegaron las primeras vacunas, justo cuando la pandemia más víctimas sembraba.
Ahora habrá que preguntarse, en ese momento, ¿dónde estaban los supuestos amigos y protectores del pueblo dominicano?