Covid anda en transporte urbano e interurbano
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Las festividades navideñas y los grandes actos de masas, quitaron las barreras para que el COVID-9 se expandiera.
Y lo que debió constituir un grito de alarma para las autoridades, careció de una valoración que forzara al oficialismo a confrontar la brújula y cambiar de rumbo.
Ahora, conocida la posición de las autoridades, sería de gran interés que el ministro de Salud Públicas, en compañía del director de la DIGESET, se presenten disfrazados y se suban como pasajeros a en un minibus del transportes público o visiten un estadio deportivos, y certifiquen si se aplica el protocolo de salud.
Nadie se opone a que a la hora de decidir a qué sector se privilegia en economía y salud, las autoridades ignoren la salud.
Además, ¿cuál es el temor del oficialismo de enfrentar a los empresarios?
Los peajes constituyen un excelente puesto de frenar la expansión del coronavirus, verificando si en las unidades vehiculares se aplica o no el protocolo sanitario. Mientras tanto, COVID-19 circula en la calle y en los despachos, sólo se respira confort.