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Capacidad vs miseria humana

Por Augusto Alvares

La cancelación del decreto que designó a la joven Frannelsis Soto Peña, como consejera en la Embajada de República Dominicana en Reino de los Países Bajos, y luego cancelado, tras conocer la militancia política de su madre, permite entender hasta dónde llega la miseria humana.

Miseria humana en el entorno presidencial, pues en este caso se trató de alguien que va a un concurso y por su formación profesional, se impuso en la casi totalidad de participantes.

Designada en dicho cargo mediante el Decreto 653-21, emitido por el presidente de la República y revocado, desde luego, por otro decreto del propio mandatario.

Los mismos que valoraron la formación intelectual de la joven Soto Peña, al indagar su procedencia y saber que su madre es diputada del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), se registra una especie de marcha atrás, de dar reversa del Presidente en un caso donde la miseria humana aplastó a la inteligencia. Eso es, simplemente, una vergüenza.

La joven Soto Peña al ser designada en un cargo diplomático, vendió sus pertenencias aquí, pues ya tenía hasta el pasaporte diplomático listo para viajar.

¿Vale la pena participar en concursos y luego, si vences, te anulan por no ser del partido de gobierno?

Dicha práctica, lógicamente, conduce y acelera la fuga de profesionales de alta valía, señor presidente.

 

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