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REFLEXIONES: Hoy caminamos entre las aguas

  AYUDAME A SALVAR UNA VIDA  

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Hoy nos toca caminar entre las aguas. Y para esto necesito que todos ustedes me acompañen a poner en oración a doña Elsa, a don Pedro, a Julio, a Esther, a José, a Guillermo, a Ángel, a María, a cantidades de parejas, niños, jóvenes, ancianos, que a diario me piden oraciones porque se encuentran enfermos física, mental, emocional o espiritualmente.

Vamos todos a dejarnos empapar hoy de la lluvia, a zambullirnos en las aguas benditas que el Señor ha puesto en el camino, a dejarnos conducir por la ribera del torrente, al terminar la caminata los invito a leer Ezequiel 47.

Entonces sucederá como nos dice el salmo 45: “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos, aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.”

Hoy nos espera la piscina de Jerusalén, según san Juan 5, allí están muchos enfermos esperando para meterse en ella y recibir su sanación, la fe, la renuncia al pecado, son partes importantes para lograrla.

A través de la historia de la humanidad el agua ha tenido un significado muy importante: para significar la gracia del Bautismo, en todas las creencias y religiones, para santificar a través del Espíritu, en el nacimiento de la nueva humanidad después del diluvio, para poner fin al pecado y dar paso a la santidad, en el mar rojo con los hijos de Abraham para liberar al pueblo de la esclavitud, al bautizar en el agua del Jordán al Hijo de Dios siendo ungido por el Espíritu Santo, quien , al ser colgado de la cruz vertió de su costado agua junto con la sangre, enviando luego a sus discípulos a bautizar con agua, a todo el mundo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Déjate empapar por las bondades, bendiciones, misericordia de Dios, por su amor, para que recibas tu sanación.

Aunque te parezca extraño, Víctor Martínez te recomienda usar el agua para tu sanación, métete debajo de la ducha y ora incesantemente con mucha fe para que a través del agua derramada sobre tu cuerpo, mente y alma se reconstruya todo tu sistema celular, se renueven tus energías y fluya la gracia de Dios a través de ti.

Asiste a tu Iglesia y pídele la bendición a tu sacerdote, diácono o pastor, preferiblemente rociándote con agua bendita. Bebe mucha agua todos los días y si me escribes o me llamas podré transmitirte un gran secreto de amor, para que a través del agua trabajes tu sanación.

Hasta la próxima.

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