García Cruceta, un tribuno antibalaguerista
Por Augusto Álvarez
Que nadie cuente pasajes de luchadores contra el régimen de los 12 años, obviando nombres de combatientes.
En el penal de La Victoria, específicamente en el lugar conocido como el Hospital, Julio César García Cruceta postuló siempre al lado de los revolucionarios que guardaban prisión por enfrentarse a los asalariados del crimen.
¿Tenía militancia definida? Se solidarizaba con quienes pertenecían a partidos, apoyándolos cuando salían torturados del Servicio Secreto.
Fue siempre el fuerte de la solidaridad ofrecida a los recién egresados de la Policía Nacional, que por una especie de ironía lograban sobrevivir, luego de ser torturados.
Dogmas de importantes figuras que han vivido de la profesión de revolucionarios, amplió la grieta de los combatientes sin nombres, y otros que vomitaban citas de líderes, pero al final, se han extinguido en los partidos del sistema.
Sin realizar alardes, Julio César García Cruceta eligió afincarse en el sindicalismo, y ahí concluyó su labor sin manchas, y se dice, abrazó una militancia partidaria, en donde habría escalado a nivel de dirección.
La distancia extravía en ocasiones, el combate a la delincuencia y la corrupción, compañero de prisión, paz a tu memoria.
