Jueza envía a la cárcel a 11 acusados de traficar y prostituir a venezolanas y colombianas
Impone medidas menos severas contra otros 7
SANTO DOMINGO, R.D.
Contra 11 de los 21 implicados en la alegada red de traficantes de mujeres colombianas y venezolanas, la jueza Kenya Romero, de la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente del Distrito Nacional, dictó orden de prisión preventiva, como medida de coerción, y los envió a la cárcel por 18 meses.
La supuesta red fue desmantelada en el operativo denominado “Cattleya” y la jueza, además, declaró el caso como complejo.
Contra los otros 7 imputados, la magistrada dictó otras medidas de coerción.
Asimismo, la jueza rechazó el cierre de hoteles y residenciales donde operaba la supuesta red, como lo solicitó el Ministerio Público.
Los 11 presos fueron enviados a cárceles de San Cristóbal, La Romana, La Victoria e Higüey.
Ellos son José Michel Guridis, señalado como el cabecilla de la red; Daniel Henríquez Inirio Abreu, Oscar Wicene, María Paula Murillo Vargas y Cristina Virginia González.
Además, Angélica Johana Quintero, Robert Lee Eleuterio Paniagua Díaz, Alejandro Bustamante (El Gato) y José Alberto Soriano (El Cirujano).
Al sargento Dionicio Mieses de la Cruz, lo enviaron a prisión preventiva en Operaciones Especiales.
Otras medidas
Entre los otros detenidos figuran Timothy William Case y Lois Marie Nephtalie, a quienes la jueza les impuso impedimento de salida, un millón de pesos como garantía económica y presentación periódica.
Esa misma medida le fue impuesta a la pareja Zafiro Nataly Sánchez González y Engels Nefthalí Vargas.
A Melvin José Valentín, la jueza le impuso presentación periódica. A Braulio Manuel Lugo, 500 mil pesos de garantía económica, impedimento de salida y presentación periódica. A Marie Fokina Achille, impedimento de salida.
Carlos Jonathan Walwyn deberá pagar una fianza de 500 mil pesos, se le impuso impedimento de salida y presentación periódica.
En el operativo, según hizo saber el Ministerio Público, 80 mujeres fueron rescatadas. Eran prostituidas en Santo Domingo y Bávaro, tenían que pagar entre 3 mil y 4 mil dólares a la red, que las trajo a República Dominicana.
Las mujeres, de entre 18 y 23 años, eran retenidas en el Hotel Caribe, del Distrito Nacional, y en el Residencial Coco Real, en Bávaro, Punta Cana, Higüey.
