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Pereira ve en comicios de Brasil se disputa retorno a democracia o continuidad del neofascismo

SANTO DOMINGO, R.D.

Organizaciones de izquierda y del movimiento social realizaron exitosamente el Conversatorio, “Lula presidente y su impacto en Latinoamérica y el Caribe”, con el político y poeta Hamilton Pereira (Pedro Tierra), quien hizo una retrospectiva de las luchas del pueblo brasileño desde los tiempos de la dictadura militar en Brasil, a los cuatro gobiernos del Lula Da Silva y Dilma Roussef.

Además, escaneó las luchas del movimiento campesino y la clase obrera en contra las políticas neoliberales y por la consolidación de la democracia.

Pereira, partícipe fundador del PT, “partido que lucha para una sociedad sin explotados y sin explotadores”, explicó que al “aproximarse a la conclusión del proceso electoral, inédito en la vida de Brasil, por primera vez el país está ante el reto de escoger entre el neofascismo y la democracia, y es fundamental que los sectores democráticos apoyen la postulación de Lula”.

Destacó “que las encuestas dan como favorito a Lula, y que los neofascistas de la ultra-derecha, que dieron el golpe de Estado a Dilma Rousseff en el 2016, colocaron a Lula como blanco de una masacre, de un -intento de- destrucción, con un caso típico de asesinato de imagen y que no ha sido fácil para las élites alcanzar su objetivo de aplastarlo, porque Lula resistió y emergió como el candidato favorito del pueblo brasileño!”

Hamilton Pereira, afirmó “que el odio de los neofascistas del gobierno en contra de las mujeres es tan alto, que más del 50% de las brasileñas encuestadas, establecen una clara reversión al candidato neofascista y han reafirmado que votarán por Lula, otorgándole “entre otros sectores de la población, un 15% de punto porcentuales por encima del candidato neofascista y neoliberal”.

Aclaró que “por lo tanto estamos trabajando para vencer en las elecciones en la primera vuelta, porque llegaríamos al gobierno con una autoridad moral, política, social mayor, porque si marcamos a una segunda vuelta contra el neofascismo seguramente tendremos mayores dificultades”, como el de la recurrente violencia de la ultra-derecha.

Para entender el proceso brasileño, informó que después de cuatro períodos presidenciales del PT, estaban en un momento de afirmación de una perspectiva de mayor alcance, y que hay un elemento importante a tomar en cuenta, es que, durante el segundo gobierno de Dilma, hubo un encuentro de un trascendental yacimiento de petróleo en las aguas territoriales de Brasil, y hubo una reacción brutal.

Continúo, por parte “de los intereses de las grandes empresas de petróleo, sobre todo las de Estados Unidos que articularon una ofensiva para buscar el control de la renta petrolera, lo que Dilma no cedió, porque “para nuestro proyecto de desarrollo era absolutamente fundamental como fuente de financiación de nuestro desarrollo autónomo”.

Hamilton mostró a un “Brasil con una fuerte inversión de Alemania, Japón, Francia, China y que el país no consiguió superar un estatus de neocolonia, que no concluyó su proceso de maduración, de desarrollo de su perfil con intereses propios, con una oligarquía sin proyecto nacional, más fiel a los intereses de Estados Unidos”.

Aclaró que “el proyecto neoliberal impuso su agenda, bajo el liderazgo de la extrema derecha, socorriéndose del neofascismo para imponerse, con la sucesión de desastres que vive el pueblo a lo largo de los últimos cuatro años.”

Dictaminó que Brasil ha retrocedido, “que el agro responde por 40%, que nuevamente se han convertimos en una economía agraria exportadora y la industria que ya respondió en algunos momentos, Incluso en gobiernos nuestros del PT, tenía el 32% y hoy responde con menos de 10% del PIB

Proclamó que “Brasil un país sitiado por el miedo”, y que es “indispensable recuperar la arquitectura interrumpida con la ruptura de golpe de Estado del 2016 y retomar las políticas de defensa del vastísimo patrimonio ambiental del país; detener la invasión de los territorios indígenas, de los quilombos de los negros que fueron esclavizados en Brasil, recuperar los derechos de los trabajadores y la política de jubilación, que actualmente es regresiva y salvaje”.

Aseveró que es tanta la violencia fascista del gobierno del innombrable que “necesitaremos después del proceso electoral de vuestra solidaridad, sobre todo en las denuncias de la violencia y de lo que pueda ocurrir durante la contrastación de los resultados en las urnas.”

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