Valores en mutación
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REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Era una mañana fría y silenciosa, sentado pidiendo al Espíritu Santo inspirar mis nuevos mensajes de amor, cuando mi gran amigo, Juan Batlle me envía un artículo en que plantea cómo después de vivir las experiencias de una pandemia que nos enfrentó con nosotros mismos y nuestro prójimo, nos vemos obligados a revisar nuestros valores, los cuales tienen que ser diferentes a los de hace tres años atrás.
Cito algunas frases de su artículo “Vivir para servir. Salgamos de la burbuja”:
“Existe mucha madurez e inteligencia emocional y espiritual en la mayoría de nosotros los profesionales de la salud, dice el Dr. Batlle, pero vivimos en una burbuja existencial. Nos desempeñamos en una realidad efímera que es mi hogar, mi pareja, mi familia, mi trabajo, mi gimnasio, mi grupo de amigos, mi carro, mi casa, mi celular… mi propia felicidad.
Son muy pocos los que tienen un lugar en su corazón en el que le dedican tiempo al prójimo, y menos a los que están fuera de su burbuja. Entonces, nos encontramos con personas exageradamente ensimismadas y egocentristas, que se pasan la vida pensando en su burbuja y en lo que les da placer. A estos se les hace muy cuesta arriba, y quizás imposible, ponerse en lugar del otro. De allí vienen las posturas políticas, mi grupo, mi comunidad, mi religión, mi coro de amigos, mi familia íntima, y allí no hay espacio porque no cabe, el amor al prójimo.
Esta pandemia nos ha enseñado muchas cosas acerca de la importancia de pensar en los demás y en lo que de verdad importa. Hemos aprendido a valorar la libertad, a valorar lo que es una vida en comunidad, así cuidándonos los unos a los otros para evitar el contagio. También ha exagerado la obsesión por el celular y en muchos casos nos ha aislado más aún en nuestra propia burbuja. Pero la escala de valores que teníamos hace tres años es muy diferente ahora.
Todas las religiones predican que el hombre debe buscar su felicidad, Dios quiere que vivamos y seamos felices. Tanto así que en la Biblia se cita el Sermón en El Monte (Mateo 5.1-16) que es el sermón de las bienaventuranzas. Felices serán aquellos que … son pobres de espíritu. Casualmente las enseñanzas de ese pasaje mencionan exactamente lo opuesto a lo que el mundo moderno pretende y propone. La felicidad está en los que tienen hambre y sed de justicia, en los que saben perdonar y son misericordiosos, en los que aceptan la persecución en nombre de buscar el bien. En fin, la felicidad no está en lo que poseo, lo que soy, en mi fama, en lo que dice la gente, en mi belleza, en mis placeres, o en mi pareja. La felicidad nos llega cuando hacemos por los demás. Ahí está la clave de la felicidad”. Termina su artículo, citando a la Madre Teresa de Calcuta, cuando dijo: “que aquel que no vive para servir, no sirve para vivir. Debemos servir”.
Víctor Martínez insiste una vez más en que debemos ser menos egoístas y preocuparnos más por el prójimo, tal como nos lo reafirma nuestro gran amigo Batlle, en su artículo de hoy.
Hasta la próxima.