Tú sí tienes derecho al placer
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REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Hay personas que se pasan la vida pensando que no tienen derecho al disfrute, mientras otros sufren, que no pueden ser ricos, mientras haya pobres, que no pueden ser prósperos, mientras otros no tienen oportunidades, que no pueden disfrutar del amor, del sexo, de un buen trago, de una danza, una bachata o una noche de amigos entre guitarras y carcajadas.
Muchas de esas personas están muy arraigadas a conceptos religiosos, espirituales, y piensan que su santidad consiste en vivir alejados del mundo, evitando las tentaciones y los peligros que el disfrute de la vida les proporciona, es más, sienten que no tienen derecho a vivir esta vida, pues ellos tienen sus propios criterios para vivirla y supuestamente ser felices prescindiendo del mundo.
Recuerdo a mi amigo Jesús, cuando decía que había venido al mundo a buscar a los pecadores y por eso se juntaba con los más necesitados de amor.
Pero Víctor Martínez siempre ha pensado muy diferente, por eso, aunque he sido muy criticado, me he pasado la vida entre el templo y la pista de baile, entre el recogimiento espiritual y el buen vino compartido con mis amigos, entre la oración en silencio y el bullicio popular, siempre he creído en las riquezas, no solo espirituales, sino materiales, pues como nadie puede dar lo que tiene, si yo no tengo amor nada soy Señor, pero si no tengo dinero no puedo ayudar a mi prójimo como quisiera.
Luchar entre el pecado y la santidad es parte de la vida y del camino hacia el cielo, por eso tenemos que aceptar nuestras debilidades humanas, sin pretender ser los más santos, aceptarnos como somos, reconocernos pecadores y poder saborear la dicha de la misericordia y el perdón de Dios, solo así nos haremos más humildes y merecedores del reino de los cielos.
Tú sí tienes derecho a la prosperidad, a la felicidad, al disfrute, al placer, siempre y cuando no dañes a nadie, ni ofendas a tu Dios.
Hasta la próxima.