Julio Romero es un hombre con suerte, hasta Manuel Jiménez lo está espiado
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Por Tomás Aquino G.
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SANTO DOMINGO ESTE, R.D.
Esto no es una chercha, es una realidad y ocurrió la tarde del jueves.
Parece que hay preocupación en los predios de la Alcaldía de SDE con Julio Romero.
Cuando el aspirante a la Alcaldía de SDE por la FP se acerca a zonas de desastres, siempre es seguido por un motociclista, vestido de negro, abordando una motocicleta de alto cilindraje.
El jueves, Romero contactaba una denuncia recibida, sobre un desastre que tiene Manuel Jiménez en la calle Enrique Cotubanama, de Alma Rosa I.
Cuando se retiraba, aunque tarde, llegó el hombre su rastreador o espía.
Como se vio sorprendido, dejó entrever su rostro (se quitó su casco protector) y se acercó al líder político de Santo Domingo Este, y sólo atinó a decir: “Este basurero no hay quien la soporte”
Y en eso no se equivocó, es un enorme vertedero, que mantiene una cuadra de dicha calle, completamente obstruida, bloqueada por una loma de basura, que está rodeado de aguas negras.
Un pedazo de calle, productora de alimañas, donde residen decenas de ratas y hay un enorme criadero de mosquitos, y el repugnante olor, no hay quien lo soporte. Enferma.
¡Vaya, que alcalde nos gastamos! Ni para recoger basura, dijo un transeúnte, en el momento en que Romero mostraba a este periodista, el desastre de la vía.
Ya RELAMPAGO INFORMATIVO lo había denunciado, pero el alcalde Jiménez no ve, ni oye y, mucho menos, entiende.
“En una administración edilicia de Julio Romero, eso jamás ocurrirá, y si alguien descubre un caso similar, yo mismo me sanciono”, expresó indignado el aspirante a la Alcaldía de Santo Domingo Este, que las encuestas dan como puntero.
Fue en ese monto, cuando ya Julio Romero se retiraba del lugar, que llegó el “espía”.
El hombre, sorprendido, se acercó a Romero, y dijo: “Si Manuel no recoge la basura, estamos perdidos, hay que sacarlo del Ayuntamiento”.
Romero, ya dentro de su vehículo, sonrió y dirigiéndose al espía, que no era más que, un posible inspector de la Alcaldía, le respondió: No te preocupes, yo soy Julio Romero, yo soy quien voy a sacar”.
El espía, que hizo creer que perseguía un “rompe-ve vehículos”, se puso nervioso al percatarse de quién era su interlocutor.
“Ah, usted es Julio Romero, que gusto en conocerlo”, le dijo.
El hombre, nervioso, se acercó a Julio Romero, y le pidió su número de teléfono.
“Señor, yo sí lo quería conocer, usted es el hombre”, señaló el acorralado servidor del ASDE.
Romero sacó una tarjeta de su cartera, se la entregó, y le dijo: “Salúdame a Manuel Jiménez, dile que yo quiero ayudarle a resolver este desastre de la basura”.
¡Sí, señor! ¡Sí, señor! ¡Sí, señor!, respondió el impresionado espía.
Cuando nos acercamos a Julio Romero, antes de abandonar el lugar, nos dijo: “Eso no es raro. Yo espero que ahora, Manuel Jiménez venga a resolver este desastre y sepa, que tengo conocimiento de que me sigue los pasos”.
Y abandonó el lugar…
El espía lo hizo minutos después…