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La guerra de Ucrania, todos contra uno

La suma de los primeros enfrentamientos de los soldados rusos y ucranianos, en los días iniciales, sembraron la ilusión de la inmediatez, de choques que se extinguirían en el tiempo.

Ahora, 12 meses de duros enfrentamientos, en los cuales la teoría da un paso adelante, mientras decide cuál ha de ser el próximo.

De modo reiterativo, esta no es la guerra de Ucrania con Rusia, es el choque del poderío de los Estados Unidos, la UE y la OTAN, y algunos otros aliados contra Vladimir Putin y el poder ruso.

Al cumplirse el primer año de guerra sostenida por los dos visibles contendientes, surge la pregunta ¿quién marcha en cabeza?

La respuesta podría lucir extraña para un observador a un tendenciado, sin embargo, Estados Unidos, la OTAN, la UE, todos, están con el poderío militar y económico en Ucrania, con hombres (pues los asesores militares son de carnes y huesos), face to face (cara a cara) y las operatividad de los militares rusos está en territorios ucranianos, por lo que resulta sencillo establecer los logros de las partes.

Los más modernos equipos de armas de Occidente están en Ucrania con lo que ha logrado sostenerse, así como la ayuda vecina y poco publicidad de Polonia.

Los servicios de espionaje occidentales, en especial, Estados Unidos, valoraron el poder y la tecnología de Rusia, obviando el crecimiento de la economía multilateral, gracias a la cual la administración de Vladimir Putin se ha mantenido pese a las sanciones que habrían hecho poner de rodillas a cualquier Estado.

Estados Unidos, desde el golpe de Estado en Ucrania, se ha fortalecido sembrando bases militares en varias naciones de Europa, entre ellas, unas 56 en Alemania, mientras que en Gran Bretaña, la administración de Boris Jhonson, quién sabe, al margen de las establecidas, por cuántas rondan.

Tal y como se observa a distancia, Rusia nada en un mar furioso afectado de tiburones, pero conoce los riesgos y avanza.

A la distancia de una voz de Rusia, se distinguen las distintas repúblicas populares que Stalin graduó de socialistas, entre las Polonia, un eslabón de una cadena de oro de 10k que no representa peligros para las partes en conflictos, en una guerra en la cual, hasta el Papa Francisco podría estar en la lista de no grato para la administración de Joe Biden.

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