Luchemos contra las tentaciones
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REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, alkadaslar, ¿nasilsiniz?
Al iniciar la Cuaresma, la Palabra de Dios se enfoca en la tentación, recordamos, por ejemplo, la desobediencia de Adán y Eva, que se vieron inmersos en la tentación de querer ser como Dios.
Jesús viene a romper la vieja tentación del pecado que amenaza a la humanidad desde el principio de la creación; con su obediencia, rompe las consecuencias de ese pecado, y como Hijo, nos hace descubrir que es imposible reencontrar el camino de la salvación al margen de la voluntad de Dios.
Es triste ver cómo después de la admirable creación por parte de Dios, nos encontramos en seguida con la tentación y el pecado (Génesis 2).
No nos queda más, tal como nos lo dice el salmo 50, que asumir, en comunión con la Iglesia pecadora, los pecados de la comunidad cristiana de todos los tiempos e incluso de la humanidad entera, implorando el perdón de nuestros propios pecados, repitiendo una y otra vez, “Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado”, y devuélveme la alegría de vivir, pues cuando pecamos la tristeza de nuestro corazón nos deja inmersos en una infelicidad y falta de amor, que hasta la alegría de vivir la perdemos.
A Dios gracias, que lo que acarreó el pecado del primer Adán, la muerte, ha quedado ampliamente superado por lo que nos ha conseguido el segundo y definitivo Adán, Cristo Jesús, con la vida; tal como lo podemos ver en Romanos 5.
Si bien es cierto que vemos cómo Adán sucumbe ante la tentación de Satanás, vemos cómo Jesús se resiste a las tentaciones del maligno, dándonos el gran ejemplo de que sí se puede luchar y vencer las tentaciones, esto podemos verlo en Mateo 4.
Víctor Martínez ha aprendido incluso, cómo los musulmanes ven las tentaciones, como la prueba y el examen, “con solo decir hemos llegado a creer no dejarán de ser puestos a prueba, pues el objetivo de la tentación es apartar al hombre de la verdad, cualquier cosa que te distraiga de Allah, es una tentación”.
El Señor nos ha creado con deseos e instintos dentro de nosotros, de ahí el deseo de la comida, del dinero, esa inclinación parecida al amor, que engalana al hombre creándole un amor desmedido por lo apetecible. Los deseos te traen automáticamente hacia las cosas, su gravedad está en sobrepasar el límite beneficioso para el ser humano y entonces le perjudica gravemente, tal como dijo Subhan Allah (Glorificado sea Allah).
“Abandonar la oración y seguir nuestras pasiones nos lleva a una desilusión total de la vida, debemos cuidar las tentaciones, nos dice Subhanah, (algo que ya los cristianos sabemos), que la tentación con mayor grado de peligrosidad es la tentación de las mujeres.
ENGALANADO aparece a los hombres el amor por lo apetecible: las mujeres, los hijos, arcas colmadas de oro y plata, caballos de raza, ganados y tierras. En eso consiste el disfrute de esta vida –pero la más hermosa de las metas está junto a Dios”. ( Corán 3:15).
Y Dijo el profeta Saws: “no voy a dejar después de mí una tentación con mayor gravedad sobre el ser humano que la tentación de las mujeres”. (Al Bukhari y Muslim).
“¡Oh musulmán! has de saber que el mal de las tentaciones de los deseos es muy grave y su camino es doloroso. Cuidado con la tentación de las mujeres, dijo Subhanah: Y no cometas adulterio –pues, ciertamente, es una abominación y un mal camino”. (Corán 17:33).
Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesía de la Fundación Farach.
Hasta la próxima.