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¿En el purgatorio, el cielo o el infierno?

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REFLEXIONES…

 

 

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Es esta la parte dos de nuestra reflexión ¿Dónde están nuestros difuntos?

Dios es omnipresente, o sea que está en todos lados a la vez y es capaz de escuchar cada oración en el mundo (Salmo 139:7-12). Dios es el único que tiene el poder para responder a la oración. En este sentido, Dios es omnipotente, o sea todopoderoso (Apocalipsis 19:6).

Son estos atributos que un ser humano, vivo o muerto, no posee. Dios es omnisciente, o sea que lo sabe todo (Salmo 147:4-5). Incluso antes de que oremos, Dios conoce nuestras necesidades genuinas y las conoce mejor que nosotros. No sólo sabe nuestras necesidades, sino que contesta nuestras oraciones conforme a Su perfecta voluntad.

Así que, a fin de que una persona muerta reciba oraciones, el individuo muerto tiene que escuchar la oración, poseer el poder para contestarla y saber cómo responder de una manera que es mejor para el individuo que ora. Sólo Dios oye y contesta las oraciones por Su esencia perfecta, y por lo que algunos teólogos llaman Su «inmanencia». La inmanencia es la calidad de Dios que lo lleva a involucrarse directamente en los asuntos de la humanidad (1 Timoteo 6:14-15); esto incluye contestar a la oración”.

Incluso después de morir una persona, Dios todavía está involucrado con esa persona y su destino. Hebreos 9:27 dice: «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”. Si una persona muere en Cristo, él va al cielo para estar presente con el Señor (2 Corintios 5:1-9, especialmente versículo 8); si una persona muere en el pecado, se va al infierno, y al final, todos en el infierno serán arrojados al lago de fuego (Apocalipsis 20:14-15).

Lo que podríamos intuir que nuestros difuntos o están en el cielo con Dios o están en el infierno o están purgando sus pecados, pero a todos les espera el llamado juicio final.

Cómo buen Cristiano, creo en el juicio final, pero yo me cuestiono, si a través de los miles de años de la humanidad y los miles que nos faltan, no habría la posibilidad de que ya hayan pasado varios juicios, pues son tantos los millones de alma que han partido, que posiblemente cada cierto tiempo se dé un juicio final.

Para los juzgados ya se habrá cerrado la existencia como la conocieron, para ellos habrá cambiado todo totalmente. Ya no habrá más Purgatorio, pues la etapa de purificación habrá culminado y los purificados pasarán al Cielo, a la Jerusalén Celestial. Entonces habrá solamente Cielo para los salvados e Infierno para los condenados.

La Sagrada Escritura nos habla de “cielos nuevos y tierra nueva” como resultado de la transformación que sucederá al final. Aunque algunos, como el Profeta Isaías ( Is. 65, 17), usan la palabra “creación”, los Teólogos están de acuerdo de que en realidad no se trata de una verdadera creación, sino que será un cambio tan radical que parecerá una creación nueva.

El mundo actual como lo conocemos será profundamente purificado, transformado y renovado. El nuevo estilo de vida estará adaptado, en forma desconocida e inimaginable para nosotros, a nuestro nuevo estado de personas resucitadas en cuerpo y alma gloriosos, quienes viviremos en este nuevo estado para el resto del tiempo. Y el “resto del tiempo” será también transformado, pues ya no habrá tiempo, sino eternidad.

Así será la Vida Eterna en la Jerusalén Celestial, en que moraremos con Dios y en Dios, y Dios morará con nosotros, en lo que será la felicidad perfecta y eterna … para siempre, siempre, siempre.

Lo que significa, según mi parecer, que podría ya existir esa Jerusalén Celestial que está albergando las diversas almas ya juzgadas, siendo ese el destino de nuestros difuntos.

Quién sabe si el Señor le asigna misiones especiales y les da su permisito de vez en cuando, a nuestros difuntos, ya juzgados, para que al igual que los ángeles vengan a cumplir de vez en cuando, alguna misión al planeta tierra.

Simples especulaciones de Víctor Martínez.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesía del Ingeniero David Peláez.

Hasta la próxima.

 

 

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