Un dolor desgarrador
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REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Es admirable ver a las personas que soportan en silencio el dolor por razones diversas.
La madre que no quiere preocupar a sus hijos y sufre en silencio dolor.
La persona cuya fe es tan grandiosa y conoce tan bien las cosas de Dios, que ofrece su dolor al Padre, como ofrenda de amor.
Los que sufren dolor por pensar que así se purifican.
El enfermo que está en lecho de muerte, sufriendo terribles dolores, pero queriendo despedir a sus seres queridos con la alegría de haber vivido y haciéndoles sentir que murió en paz.
El hombre que por mostrar su valentía a su pareja sufre en silencio el dolor y hace creer que todo está bien.
El niño que no se atreve a decir que le duele, por temor a las manos del médico.
El anciano terco que sufre con su dolor no queriendo enfrentar a los médicos para que no le vayan a encontrar cosas malas.
En fin, es el dolor físico algo molesto, desagradable, tormentoso, pero soportable para algunos, pues hay quienes no son capaces de soportar un poquito de dolor.
Pero… ¿es el dolor emocional el más desgarrador, aquel que destroza el alma dejando huellas muy profundas en nuestros corazones?, como, por ejemplo, el que sufre una pareja al ser traicionada, quien es abandonado por la persona que tanto ama.
El dolor de quien está viviendo un duelo por la pérdida de un ser muy querido.
El hombre arrepentido, consciente de sus errores cometidos, que ya no puede reparar. El que pierde un trabajo, una fortuna, quedando inmerso en la miseria.
Pienso que el dolor emocional quienes más lo sufren son las madres, frente a la pérdida de un hijo, frente a las debilidades, errores, mediocridades, cometidas por un hijo, cuando se siente abandonada por un hijo que no le hace caso, ni se ocupa de ella.
La madre, sin embargo, es el ser que mejor preparado está, pues su experiencia materna con el terrible dolor de un parto, su capacidad de soportar, su calidad humana, su grandeza espiritual, el inmenso amor que las caracteriza, son herramientas de las que Dios las ha dotado en su creación, ubicándolas en el mundo, como seres superiores.
Víctor Martínez desea recordarte lo que nos dice el Señor:
“Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva al espíritu abatido”. (Salmo 34)
“El Señor marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas, ni te desanimes”. (Deuteronomio 31).
Está en tus manos creer o no en la presencia del Padre en tu vida, yo si te puedo testimoniar como decía Santa Teresa que: “Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta y que sólo Dios basta”, por tanto, “que nada te turbe y nada te espante”.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesía de un exalumno muy agradecido.
Hasta la próxima.