Vendedores callejeros contribuyen a empeorar el caos en el tránsito de SDE
Triciclos, camiones y camionetas venden sus productos en plena vía sin control de las autoridades
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SANTO DOMINGO ESTE, R.D.
El comercio informal en la vía pública, especialmente en triciclo, es un fenómeno común que contribuye a empeorar el caos de tránsito.
Los chiriperos de cocos y otros productos, la mayoría nacionales haitianos, provocan caos en calles y avenidas, a cualquier hora del día, y hasta en la noche.
En cualquier calle o avenida de Santo Domingo Este se pueden observar estos vendedores callejeros en medio de los vehículos y, ubicados en plena vía, ofreciéndole a la gente cocos, frutas, verduras y otros productos alimenticios, sin ningún tipo de higiene.
Además de triciclos, estos negociantes utilizan motocicletas adaptadas para exhibir y vender sus productos.
Los vendedores de cocos son, en su gran mayoría, haitianos que transitan por las vías, entre vehículos, sin el control de las autoridades.
Otros que contribuyen con el caos en el tránsito son las camionetas y vehículos que venden productos agrícolas, como plátanos, yuca, batata y otros alimentos, que también son comunes.
Estos vehículos suelen estacionarse en zonas de alto tránsito para atraer a los clientes, lo que contribuye, igualmente, a empeorar el desorden vial.
Estos vehículos en las vías públicas generan obstrucciones, ya que muchas veces se estacionan en zonas donde no está permitido, reduciendo el espacio para la circulación de vehículos y aumentando el riesgo de accidentes.
La venta en la vía pública reduce el ancho de las calles y provocar atascos, especialmente en zonas ya congestionadas.
Los vehículos que realizan ventas estacionarias en lugares inapropiados pueden bloquear carriles de tránsito, interrumpiendo el flujo vehicula, y nada pasa. No hay consecuencia.
La presencia de estos vendedores y vehículos puede distraer a los conductores y aumentar el riesgo de accidentes.
La falta de regulación y control en las áreas donde se estacionan estos vehículos contribuye a un entorno menos seguro para los peatones y conductores.
La falta de planificación en la ubicación de estos vendedores provoca, en ocasiones, la invasión ilegal de aceras y espacios destinados al tránsito peatonal.
La venta informal también puede afectar la deficiente estética urbana y la funcionalidad de los espacios públicos.
Todo esto ocurre ante la indiferencia de las autoridades municipales y los organismos reguladores del tránsito, y en perjuicio de peatones y de conductores, que regularmente se ven obstruidos por estos vendedores.
De acuerdo a conductores y dirigentes gremiales, la DIGESETT, que entre otras cosas, es responsable de viabilizar y ejercer control y vigilancia en las vías públicas, prácticamente es nula en Santo Domingo Este.
Ahora le toca a Dio Astacio, alcalde de Santo Domingo Este, hacer lo que no hizo su antecesor Manuel Jiménez, que incumplió con sus promesas de organizar el tránsito en este municipio.