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La Policía, intercambios, corrupción y muertes en cuarteles

Por Augusto Álvarez

Servir a la ley es una justa tarea asignada a la Policía Nacional, además de garantizar el orden.

Nadie podría oponerse a la búsqueda y captura de quienes violen la ley. Sin embargo, ¿la cadena de mando instruye a los agentes a eliminar a posibles perseguidos una vez son atrapados y conducidos a cuarteles policiales?

Ejemplos abundan, aunque el que mejor se destacó fue la ejecución de un joven en el destacamento Naco.

En Santiago, San José de Ocoa y otras provincias, las ejecuciones no cesan. ¿Al margen de la cadena de mando? ¡No! Siempre la orden de abrir ‘zafra’ parte desde los poderes.

Está el caso de la arquitecta en Boca Chica, así como dos que luego de matarse, en La Romana, ellos mismos, después de muerto, se pusieron las armas homicidas sobre sus pechos.

Recuerden los dos militares y el agente de la DNCD de las cabañas del 12 de Haina, que estando presos y esposados, se enfrentaron a tiros con los policías. Los dos de San Francisco de Macorís, que estando uno boca abajo y otro atestado a una pared, sin armas, también se enfrentaron a tiros con sus verdugos, y fallecieron en el “intercambio”.

O el caso del Hoyo, del joven ¿asaltante?, que estando acostado, con su niña en brazos, fue sacado de su casa, y estando preso y desarmado, fue abatido en un intercambio de tiros.

Pero tampoco podemos olvidarnos del vigilante de Santiago, que estando preso, esposado y sentado en el asiento trasero de una unidad policial, se “suicidó” de un disparo en la cabeza.

Ahora la ruta nos conduce a San José de Ocoa, donde un médico denunció que fue torturado en el destacamento de la Policía. ¿Hubo sanción? No, trasladaron a la coronela, y en lengua policial o militar, el traslado, tras un hecho violento, significa impunidad.

¿Qué se mueve en Ocoa? Recordemos que el 18 de abril del 2022, fue masacrado el jovencito José Gregorio Custodio, estando preso, y murió a causa de los golpes. ¡Y nada pasó!

Y la PN siempre activa en Ocoa, hizo añicos con el joven Wellington Reyes, y la autopista reveló el tratamiento a que fue sometido por los agentes, cuyo comandante es el teniente coronel José Rodríguez.

Wellinton Reyes, de 34 años, fue arrestado en San José de Ocoa en perfecto estado de salud, y antes de morir reveló que fue torturado.

¿Otro eslabón de la cadena de mando? Ahora, corre la sangre de un menor en Sabana Grande de Boya, víctima de la Policía Nacional.

Alexander Silva cayó tras ser impactado por un disparo hecho por un monstruo sediento de sangre.

Estos y otros asesinatos, como el hombre que misteriosamente “se ahorco” en una cárcel de Santiago, serán responsabilidad de Luis Abinader, sino limpia la Policía de gatillos alegres y hace los cambios que realmente exige la sociedad.

¿O es que la reforma policial que promueve el presidente Abinader viene manchada de sangre?

Si el presidente no abre sus ojos, la Policía, la inseguridad ciudadana, la corrupción y la impunidad teñirán de negro su gestión presidencial.

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