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AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Vivimos valorando a las personas por lo que tienen, por sus riquezas y su poder, olvidándonos de otros valores, que son en verdad los que nos acercan a Dios.
Sólo hay que observar a las personas que están en el poder, sin importar gobiernos ni preferencias políticas, fui militar, cómo diácono, pensionándome como General de Brigada, y veía a aquellos Jefes Militares que se creían la gran cosa por los rangos, es más nosotros mismos los del clero, los capellanes, se nos van los rangos a la cabeza y cuando vamos a subir al altar a servir a Dios, queremos incluso que nos anuncien con los títulos, rangos y posiciones, quitándole el brillo y el poderío al verdadero Jefe, el Rey de Reyes.
Cuando estamos en el poder, creemos que nunca bajaremos de ahí, que somos los mejores, nos convertimos en personas prepotentes, humillantes, dictadores, importantes, pues hasta difícil es que nos puedan ver los pequeños, pero… he visto a muchos caer y luego estar pequeñitos porque ya no son nada, ni nadie.
La Palabra de Dios hoy nos habla del desprendimiento, de cómo debemos dejarlo todo por el Señor, Marcos 10: “Les aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones—, y en la edad futura, vida eterna”.
Es el desprendimiento y la sabiduría divina la que nos trae todo lo que pidamos a Dios (Sabiduría 7), cuanta sensatez falta en nuestros corazones, deberíamos cantar el salmo 89, pidiéndole a Dios saciarnos de su misericordia, para vivir en la alegría que solo Él nos da.
Víctor Martinez sabe lo difícil que es vivir el desprendimiento y cómo cada día se nos van presentando situaciones y personas a las cuales queremos aferrarnos, pero debemos ser sabios, sensatos, poner atención a la Palabra de Dios que es viva y eficaz, llenando nuestros corazones de su amor.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes, gracias al apoyo recibido por nuestra hermana Matilde Farach.