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Audio: Altagracia en Turquía

REFLEXIONES...

 AYUDAME A SALVAR UNA VIDA 

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Es nuestra Virgen María en la advocación de Nuestra Señora de la Altagracia, Madre Protectora del pueblo dominicano, quien durante estos tres últimos años ha visitado tres importantes ciudades de Turquía: Estambul, Ankara e Izmir, quedando entroncada en las pocas Iglesias Católicas existentes, para bendecir las diversas comunidades turcas y los pocos dominicanos que residen en estos mundos.

Ha sido una iniciativa del embajador dominicano Elvis Alam Lora y su señora esposa, acompañados de los funcionarios de nuestra prestigiosa embajada.

Participar en estos eventos me ha hecho recordar no solo mi procedencia y origen como buen dominicano, sino los tantos milagros concedidos por intercesión de nuestra Virgen de la Altagracia, de los cuales he hablado en algunas de mis reflexiones.

Su hermosa historia, narrada por célebres escritores ha sido testimonio fiel de la presencia de nuestra Virgen María en la tierra del amor, República Dominicana.

Es Dominicana, una tierra hermosa, bendecida y santificada, como lo fue Palestina, cuna del Salvador del mundo y de su Santa Madre, donde se desenvolvió el más grande de los misterios de nuestra redención, llena de encantos y de sagrados recuerdos para la humanidad.

Hoy, Víctor Martínez no tiene la menor duda de que es la Madre del Salvador quien con su protección y amparo, nos consuela y protege cada día ante las dificultades y nos sirve de canal muy efectivo para comunicarnos con su Hijo Amado.

El milagro anunciado miles de años atrás por los profetas, voces del Señor Todopoderoso, de todos los tiempos, es el mejor testimonio de la veracidad de este gran acontecimiento, el nacimiento del mismo Dios, hecho hombre para redimir a la humanidad.

Es nuestra Señora de la Altagracia la más fiel representación de la maternidad, al llevar en sus brazos al Niño Dios, con el apoyo y respaldo de San José, hombre fiel, ejemplar, que vino a trazar el comportamiento y el perfil de lo que debe ser un verdadero esposo y padre.

Desde el otro lado del mundo elevo mis oraciones a la Virgen de la Altagracia para que continúe protegiendo al Pueblo Dominicano, mi adorado país, intercediendo ante el Padre por nuestras necesidades y carencias. Bendice Señor cada uno de nuestros hogares y por intercesión de Nuestra Madre, Nuestra Señora de la Altagracia, concede los milagros a todos los que actúan conformes a lo que tu mandas, y a los que no, toca sus corazones y estremece sus vidas para que se encaucen y no pierdan la dicha de disfrutar un día de tu Reino. Amén.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestra hermana Mónica Varela.

Hasta la próxima.

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