27 de febrero: Independencia, nacionalidad y anexión

Por Augusto Álvarez
¡Patria libre! A la distancia de dos semanas del grito de independencia, el hatero que brilló en la batalla de Azua, el general Pedro Santana, en su cabeza, ya afloraba la anexión.
Frenados en Azua, los haitianos, destrozados dos semanas antes por las fuerzas de los Trinitarios, tenemos la firme convicción que la consolidación de la República, sin la gesta Restauradora, habría sido más sangrienta para consolidarla.
En cada estrofa de nuestros Himnos, aparece el espíritu indomable del heroico combatiente dominicano.
Y la bravura del pueblo se aprecia en las principales jornadas de la historia.
Vencer a los haitianos, aplastar a los anexionistas españoles, hacer frente a la primera y segunda intervención de Estados Unidos, nos sitúa en la cima, donde el verbo Trinitario trazó la ruta a seguir.
Con la Independencia nos llega una nacionalidad, reafirmada el 16 agosto por el gran guerrero Gregorio Luperón.
Irónicamente, los escribanos privilegian más al anexionista Pedro Santana qué al súper combatiente puertoplateño.
En este 181 aniversario de nuestra Independencia, sería importante preguntar a cada ciudadano, que cómo considera la valorados que hacen los historiadores de Gregorio Luperón, que para la mayoría de dominicanos es nuestro cuarto Padre de la Patria.