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AUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Cuando Dios nos elige para cumplir alguna misión aquí en la tierra, nos crea un gran desconcierto, pues siempre resulta desproporcionada, y nos hace sentir tan indignos e incapaces de atender a su llamado, que tenemos que librar una gran batalla interior, renunciando a tantas cosas.
Lo mismo sucedía a sus apóstoles, la llamada de Dios siempre sorprendía, hoy lo vemos en el caso de Isaías, Pablo y Pedro.
Esta reflexión inspirada por el Espíritu Santo, de hoy, podría ser un llamado a ti que la estás escuchando, ponle atención.
En Isaías 6, vemos el llamado que Dios hace al profeta, destinándole una importante misión. Hombre impuro, pecador, se le presentan serafines, y lo purifican tocando sus labios y anunciándoles que su culpa ha desaparecido, que estaba perdonado de sus pecados, es entonces cuando él responde, ante la voz del Señor que dice: “¿A quién mandaré?”. Es entonces cuando Isaías desconcertado y sorprendido responde: “Aquí estoy, mándame”.
Para quienes sienten ese llamado de Dios y lo obedecen, el salmo 137 les brinda algunas señales importantes:
Asumir una actitud de gratitud y adoración a Dios, por su misericordia y lealtad. Delante de los ángeles, tañeré para ti, Señor y como siempre el gesto de POSTRARSE, hacia su santuario.
Es así como en el cumplimiento de nuestra misión descubrimos que el Señor no nos abandona, siempre nos provee, nos concede los favores que le pidamos y acrecienta el valor de nuestra alma.
Es el caso de Pablo (1 Corintios 15), quien también fue llamado por Cristo a transmitir lo que había recibido, él nos recuerda que el evangelio que se nos ha proclamado, si lo aceptamos en nuestros corazones, nos salvaremos, de lo contrario se malogra nuestra adhesión a la fe.
Víctor Martínez siempre ha dicho que Dios no trabaja directamente con nosotros, Él no nos habla, no nos da su mano, no atiende nuestras peticiones directamente, no se nos presenta, Él todo lo hace a través del prójimo, por ejemplo, de Su Hijo Jesús, por la intercesión de Su Madre María, de los Santos y muy continuamente a través de sus emisarios los ángeles, incluso de nuestros hermanos que conviven con nosotros, él nos inspira y nos usa para servir, ayudar y salvar al prójimo.
En el evangelio de Lucas 5, nos revela cómo Jesús es un buen predicador, pero no quiere serlo solo. Por eso busca compañeros para la misión y envía a “remar mar adentro”, eligiendo a Pedro para conducir Su Iglesia. Ese llamado es para nosotros hoy y debemos escucharlo muy atentos, pues Dios necesita de ti.
He recibido el llamado de Dios, por diversas vías, personas y situaciones de vida, tuve que confrontarme conmigo mismo, reconocer lo equivocado que estaba en mi estilo de vida, luchar contra las adversidades, el pecado, renunciar a mucho, hacerme más humilde, hasta reconocer que DIOS ESTA EN TODAS PARTES, y que solo Él es quien puede proveerme, a través de sus hijos predilectos. Hoy doy gracias a Dios por bajarme del altar y subirme al estrado de sus pies, para elevar mis oraciones intensamente por todos ustedes y llevar Su Palabra por el mundo entero, para cumplir con la misión que Él ha puesto sobre mis hombros en esta última etapa de mi vida.
Bendito y alabado seas Mi Señor, a Ti, todo el Honor y la Gloria por siempre. Amén.
Gracias a la hermana Matilde Farach por ayudarnos a cumplir con esta misión de Dios.
Hasta la próxima.