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Combatir delincuencia y corrupción ha sido difícil para Abinader  

¡Cógelo, Picante! El cambio carece de monedas para devolverles a infractores que azotan a país

Buenos días…

En Villa Altagracia, las pandillas de forajidos también están sembrando el terror entre los habitantes de ese municipio. ¿Y quién podrá salvarnos?
De continuar por ese camino, llegaremos hasta Haití, donde hoy en día, las pandillas criminales son ley, batuta y constitución.
Sin lugar a dudas, hay que hacerle saber al presidente Luis Abinader, que el país vive una pesadilla por la inseguridad que abruma todos los sectores del país.
No hay una familia dominicana, tal vez la de Faride Raful, que no tenga un pariente o un allegado, que no haya sido víctima de la delincuencia en los gobiernos de Abinader.
Aquel Abinader que se comprometió en su campaña, entre el 2016 y 2020, una y mil veces, enfrentar a la delincuencia en todos sus latitudes, hoy ha fracasado, el país está siendo azotado por los delincuentes.
Hasta que la delincuencia no sea enfrentada con seriedad, seguiremos escribiendo, todos los días, sobre la inseguridad que abarrota al país.
Parece que cuando el hoy presidente se paraba como un gallito de calidad, a criticar al entonces presidente Danilo Medina, por la delincuencia que, en ese momento, azotaba al país, estaba soñando despierto.
Hay que recordarle al Presidente que la delincuencia no se combate con delincuentes, y mucho menos, matando supuestos delincuentes.
A este gobierno le ha sido imposible proteger a la ciudadanía de los actos delincuenciales que se cometen días tras días, a cada momento, y que han enlutado y llevado dolor a decenas de familia.
Al presidente Abinader hay que recordarle aquella famosa frase, de que, quien se lleva de consejo, muere de viejo. Se lo advertimos, que Guzmán Peralta era lo peor que le podía pasar al país, y así ha sido.
Decían los viejos, que eran biblias vivientes, que equivocarse es de valiente, pero no corregir a tiempo los errores, era de cobarde.
Si la Policía no es dirigida con honestidad y capacidad, el aumento salarial y equipamiento tecnológico, jamás darán los resultados que, aún espera la sociedad del hombre que prometió villas y castillas en materia de seguridad, como lo fue el presidente Abinader.
Hemos dicho, y lo reiteramos, que luego de una leve mejoría salarial y equipamiento tecnológico, el segundo gran paso para una verdadera reforma policial, era la depuración, y en estos momentos, esa depuración, que es sumamente necesaria, si se hace, hundiría la ya debilitada imagen o popularidad del presidente Abinader. Y de paso, dejaría huérfana a la Policía, pues se llevaría a todos los altos mandos, con excepción de algunos directores regionales.
¡Atención, país! El presidente Abinader no se atreve a cambiar los altos mandos policiales, y eso es una vergüenza, y el pueblo, la ciudadanía está pagando por esa vergüenza.
Atrevidamente, hay oficiales generales, y hasta coroneles, que valen menos que una manzana podrida, aspirando a jefe de la Policía, manifestando que son amigos de Hipólito Mejía. Y nosotros agregamos, Hipólito fue, pero no es.

Si Hipólito es quien en realidad controla la PN, la seguridad de este país no debe estar en manos de ese señor, que se pasa todo el tiempo en chercha, y amenazando con dividir, creyendo que el país se ha olvidado del desastroso gobierno que dirigió.
Y a propósito de Hipólito Mejía, parece que la historia de su gobierno se repetirá, pues se nota una escasez de GLP en algunas ciudades. Y cuando llega a ciertas plantas, hay filas.
Presidente, la inseguridad que azota al país, es porque las actuales “autoridades” de la PN nunca han diseñado un plan serio y objetivo, con el fin de prevenir los ilícitos penales contra las personas y la propiedad. No hay capacidad.
Y usted sabe a qué se debe eso. Simplemente, a que los directores de Policía se nombran por capricho, al mejor postor, por conveniencia de funcionarios y ministros que influyen, y por compromiso político, como ocurrió con Guzmán Peralta.
Señores, hasta los figurines que no tienen calidad moral para criticar a nadie, están criticando al presidente Abinader, con toda razón, diciendo que hasta creó a Marcha Verde como un instrumento para promoverse y prometer que combatiría la impunidad y la corrupción, y ha sido todo lo contrario.
Desapareció Marcha Verde, sus propulsores están disfrutando de las mieles del poder, algunos de ellos mencionados en escándalos de corrupción, y el presidente Luis Abinader, premiando la corrupción, como ejemplo de ello, observen lo que está pasando en la Policía Nacional, y sus principales mandos, y en otras instituciones del gobierno, porque Milagros Ortiz depositó 46 casos de corrupción en la Procuraduría, y los mismos fueron archivados, o los desaparecieron.

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