La inseguridad ciudadana marcha viento en popa
¡Cógelo, Picante! Mayoría de aspirantes a jefe PN con un negro historial policial

Buenos días…
Hemos dicho una y mil veces que en República Dominicana, la seguridad ciudadana es un mito, no existe… Lo que impera es la inseguridad, que se ha convertido en un monstruo.
Fíjense, una mujer viaja en un automóvil, con 4 niños a bordo, y el vehículo es tiroteado por agentes policiales, y después alegaron que fue una confusión. Eso es inseguridad.
Estamos retrocediendo a los tiempos de los “gatillos alegres”, cuando primero se disparaba y después se preguntaba a quién le dispararon.
En Santiago, un joven estaba parado al frente de su casa. Se le tiró una patrulla de la Policía y le pidió los papeles de su moto. Tenía todos sus documentos en regla, lo masacraron a golpes, agredieron a su mamá, a sus hermanas, incluyendo a una menor. Todas fueron bañadas con gas pimienta. El joven fue definido como un muchacho honesto y trabajador. ¿Y entonces…? Eso en inseguridad.
Matan a tiros a un joven de 27 años, frente a su casa, en San Francisco de Macorís. ¿Cómo se llama esa obra? Eso es inseguridad.
Asaltan un banco en La Romana, matan a un vigilante y se llevan una gran cantidad de dinero. Eso es inseguridad.
Menos de 20 horas después, asaltan una estación de combustibles, en la carretera Mella-SDE, y matan al sereno, un guachimán. Eso es inseguridad.
Todo esto, en menos de 48 horas, demuestra que a Guzmán Peralta, director de la PN, no le interesa la seguridad ciudadana, pues está concentrado en los trabajos de unificar sus fincas, incluso, construyendo un puente sobre el río Boyá.
El poderoso jefe policial, en 4 años, se ha convertido en una figura intocable, que hace de todo y nadie se mete con él, en un ricachón. Y no hay consecuencia, porque el combate a la corrupción, en este gobierno, es una historieta.
Reiteración: La Policía es una institución digna, pero muy mal dirigida. No hay dudas, y en eso estamos clarísimo, un 70 % de sus miembros son personas dignas, y muchos, profesionales. Ahora bien, sus actuales altos mandos, sin excepción, han sido un fiasco, y tienen al presidente Luis Abinader, pasando vergüenza.
Los principales jerarcas policiales, que aspiran a ser jefe de la PN, son un desastre, una vergüenza, y son figuras claves en el deterioro de la institución, en el fracaso de la reforma policial.
Presidente Abinader, no fracase por oficiales generales inservibles. Dentro de la Policía hay generales profesionales, verdaderos gerentes, con amplias experiencias y que nunca han sido mencionados, ni se han involucrados en actos ilícitos.
Presidente Abinader, la Policía es la institución garante de la seguridad ciudadana. No es una empresa privada. No un banco, para que lo vayan a quebrar, como hicieron con Baninter, en otro gobierno.
Presidente Abinader, a pesar de sus esfuerzos, de los recursos que su gobierno ha invertido en la Policía, un grupito, históricamente, ha convertido esa institución en un barril sin fondo, en un desastre, es un ente de corrupción.
Pero, ahora, hay más corrupción y escándalos que nunca. Hay más violaciones que nunca. La ley orgánica y los reglamentos policiales, están siendo pisoteados en su gobierno.
Los altos mandos policiales están dedicados, en cuerpo y alma, a gestionar su designación como jefe de la Policía.
Presidente, el subdirector de la Policía, se la está buscando con su hermana Rita, a pesar de su negro historia policial. Y él conoce su propio expediente.
El actual director de la DIGESETT, cuya gestión ha sido un gran desastre, se la está buscando con su hermano, José. Y ese general, Osoria de la Cruz, debe explicar sus actuaciones en la DINTEL.
Presidente, el director de la Policía, en Santiago, debe explicarle a este país, por qué estuvo preso en Cotuí, siendo capitán, adscrito a Recuperación de Vehículos. Fue investigado por la sustracción de vehículo, y hoy quiere ser jefe de la Policía. ¡Qué vergüenza!
Desde ¡Cógelo, Picante!, queremos enviarle un mensaje al general Brown Pérez, en lo personal, nada tenemos contra usted, y ni siquiera conocemos.
El inspector general de la Policía, general Cruz Cruz, constituye una vergüenza para la Policía, para la sociedad. Presidente Abinader, pregúntele al general Cruz Cruz, que tras su salida del Hospital de la Policía Nacional, cuántos millones dio para adquirir un apartamento.
La ministra Faride Raful debe depurar, cada uno de los aspirantes a jefe de la Policía, o de los generales que reúnes las condiciones para ese cargo, conocer sus intenciones y su programa, y hacer la recomendación al jefe de Estado, recordando que la Policía no es una institución ni familiar y, mucho menos, de amigos o funcionarios, que nadie recomienda por amor al arte.
¡Ah! Faride, el equipo del presidente Donald Trump, está muy pendiente de la corrupción a lo interno de la Policía, tiene en su poder el historial de los oficiales generales, está pendiente cuál de ellos será premiado, si es que el presidente vuelve a cometer otro error, designando un corrupto en la Policía.