Al ministro de Educación, ¿lo quieren callar?… ¿Cógelo, Picante!
Buenss tardes…
Con la inseguridad que hay en el país, el ministro de Educación, Angel Hernández, debe cuidarse de cualquier atentado en su contra.
Un consejo al ministro Hernández, los organismos de seguridad del Estado, aunque es una vergüenza decirlo, llevan años tras Quirinito, el sobrino del ¿ex narco? Quirino Ernesto Paulino Castillo, y no han podido dar con su paradero.
La propuesta de Leonel Fernández de poner al servicio del gobierno la experiencia de la Fuerza del Pueblo para enfrentar el incremento de la violencia, delincuencia y criminalidad en el país, puso nervioso a Chu Vásquez.
Dice Chu Vásquez que en el país no hay inseguridad, que eso es una «percepción» de los ciudadanos.
¡Barbarazo! En República Dominicana, ya no hay indios.
Chu Vásquez debe ponerle nombre y apellido a los asaltos, robos, violencia y crímenes que azotan al país.
Y éste tipo, es loco que está. ¿O está soñando despierto? Si estuviésemos en otro país, Chu Vásquez estuviese sembrando coco en Nagua.
Es cierto, al gobierno se le hará difícil enfrentar la inseguridad, porque cree que, lo que hay, es una percepción.
Siguen las denuncias sobre la mafia existente en algunos algunos dealers y la complicidad de representantes del Ministerio Público.
Ahora fue a un joven de Santiago que, en un dealer, le vendieron un carro con el chasis alterado. ‘Ave María Purísima!
En algunas horas, a través de RELÁMPAGO INFORMATIVO. COM daremos detalles sobre el Gran Velero, un dealer de SDE acusado de estafa a un dominicano radicado en España.
El caso, más de un año en la Fiscalía de SDE, ¡atención, Milcíades Guzmán!, y estancado…
¡Atención, país! Si alguien se encuentra con el empresario artístico Ruddy Castillo, díganle, por favor, que en la Fiscalía de SDE, requieren su presencia.
A Ruddy Castillo, ¿habrá que ponerlo en la lista de extranjero que se hacen dominicano para estafar a sus nuevos compatriotas?
¡Esperen! Acabo de recibir una llamada y me dicen que, ese empresario, tiene tantos líos, que, alquiló el local del Gran Velero y no aparece ni por los centros espiritistas.