Algo huele feo en el IPE de la Policía… ¡Cógelo, Picante!
Buenos días…
Con Faride Fadul, en el Ministerio de Interior y Policía, siempre y cuando ella actúe desde el gobierno como cuando era opositora, la llamada “reforma” policial podría salir del hoyo en que la metieron Jesús (Chú) Vásquez y sus aliados.
Aunque le pique a quien le pique, Chú Vásquez en el Ministerio de Interior y Policía, no tiene nada que exhibir.
¡Perdón, perdón! Chú Vásquez sí puede exhibir algunos logros como ministro de Interior y Policía, entre ellos, hacerles la vida imposible a los ciudadanos que requieren algunos servicios en ese ministerio y, sobre todo, reintegrar a los buscones, que ya habían sido eliminados.
Pero, además, Chú Vásquez auspicio que oficiales, tildados de corruptos, e incluso, algunos que decían eran espalderos de narcos, continúen y sean premiados, en las filas de la Policía Nacional. Investigue, Presidente, y lo comprobará.
¡Atención, Presidente Luis Abinader! Seríamos mezquinos si no conociéramos sus esfuerzos para transformar, no reformar, a la Policía Nacional.
Empero, mientras usted avanza por un lado, lo hacen retroceder por otro lado… Después del aumento salarial, lo que sigue es una real depuración, y de eso no se habla.
¡Presidente! La Policía es un nido de corrupción, sin gerencia y sin dirección, es un buque que navega sin brújula, y cada día se hunde.
¡Cógelo, Picante! puede demostrar, en cualquier terreno, que en la Policía Nacional no se atreven a depurar a todo su personal, y si lo hacen, esa institución se queda huérfana.
Las designaciones hechas por el presidente Abinader, en la Policía, por recomendaciones o compromisos, constituyen una vergüenza, son peores que las designaciones hechas por Danilo Medina cuando era presidente.
Presidente, qué pena que usted no tenga una persona de confianza, en estos momentos, dentro de la Policía, que le informe las cosas, tal y como son.
¡Atención, Presidente! Dígale al DNI que deje de estar pinchando tantos teléfonos, y que investigue las acciones de un coronel en el IPE, en la Policía Nacional. Algo huele muy mal en esos predios.
Dicen que ese coronel está repitiendo lo mismo que hizo en la Academia 2 de Marzo, allá en Hatillo, San Cristóbal.
Presidente, Abinader, lo que se dice es grave, gravísimo, y si eso es verdad, ese oficial superior, ese coronel, no merece pertenecer a la Policía, sino, debe ser cancelado y sometido por “acoso y corrupción”.
Por ahora, Presidente, no vamos a identificar a ese oficial, por cierto muy superior, pero quienes nos hablaron de sus acciones, nos dijeron que no lo han denunciado, por temor a represalia, y porque en la Policía Nacional, en estos momentos, la soga siempre se parte por el lado más débil, aunque tenga la razón.
Hay víctimas de sus acciones, que han tenido que recorrer largos trayectos por haber rechazado sus pretensiones. El hombre es un terror, y quien lo ve, lo compra. ¡Barbarazo!
Lo que vimos en las redes sobre un oficial, un coronel, cuyo apellido dicen, es Morillo, al servicio de la DIGESETT, no tiene perdón de Dios. ¡Qué vergüenza!
Familiares de un fallecido en un accidente de tránsito, lo acusaron públicamente, en director, de tú a tú, de robarse una gran cantidad de dinero y el arma de fuego que portaba su pariente. ¡Ay, Dios! ¿Y la reforma?
¡Presidente Abinader! En la Policía hay muchísimos oficiales honestos, trabajadores y que están en el banco. ¡Limpie! Eche Powder, para acabar hasta con las cucarachas.
¡Presidente! Atienda las denuncias de represión, retaliación y de corrupción en la Policía, porque si usted se descuida, mañana será cómplices de esas acciones, que están ocurriendo, igualito que cuando Danilo Medina, que hoy anda por ahí vuelto trapo y recomendado para hilacha. Usted tiene en su poder, las auditorías, por favor, revíselas.
Hasta la próxima, vamos camino al IPE… Allí nos espera una amiga, que nos adelantó que fue víctima del acoso y que tuvo que pararse derechita, ponerse en atención y cantarle tres verdades a su verdugo.
Esa chica, nos tiene un regalito, lo recibiremos, y de seguro, lo compartiremos con ustedes.