Aquí estoy Señor
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” es esta una expresión que Víctor Martínez se ha pasado el año pronunciando, pues en este nuevo caminar por mi vida, no me ha quedado más que dejarle saber a mi Dios, cada vez que enfrento mi realidad, que soy un simple soldado dispuesto a cumplir siempre su voluntad.
¿Qué quieres de mí?, has de mí lo que quieras. Esto tratando de centrar mi atención en la persona de Jesús, el Enviado y Mesías, anunciado por los profetas y ahora presentado por Juan como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
El segundo de los cuatro «cánticos del Siervo», de Isaías 49, nos explica cómo el futuro Siervo es llamado por Dios, ya desde el seno materno, para reunir al pueblo de Israel, desde su dispersión, y a la vez para ser luz de las naciones.
Luego vemos como el salmo 39 refleja la actitud de obediencia del Siervo a la voluntad de Dios que se ofrece a sí mismo por la salvación de todos, expresando: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.
Aquellos que son obedientes al Señor son bendecidos tal como nos lo dice San Pablo a los Corintios en su carta, al expresar que: “La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con nosotros”.
Quieras tu reconocer o no a Jesús, como verdadero hijo de Dios, tienes que observar que Jesús fue un hombre singular, único, diferente, no era un hombre común y corriente, era un hombre Ungido por el Espíritu, tal como lo testimonia el Bautista en su bautismo, en Juan 1. Allí se inicia la vida apostólica de Jesús, recién venido de Nazaret.
Dichosos quienes reconocen que: “Es este el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo”.
Gracias a la Fundación Farach por hacer posible que este mensaje de amor llegue a todos ustedes.
Hasta la próxima.