AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Son muchas las razones por las que un mal día puedes sentir tristeza en tu corazón, una gran pena que, incluso, saca tus lágrimas de lo más profundo del alma.
Son momentos que nos sirven para limpiar nuestro interior, para valorar lo que hemos perdido o lo que estamos perdiendo.
Ocasiones en las que reflexionamos acerca de lo que no hice, hice mal hecho o pude evitar, en la que muchas veces debo convencerme de que no se puede y asumir mi realidad.
No sé cuál será tu caso, lo que sí sé es que es este un momento en el que podríamos desesperarnos y darle paso a la depresión, quedando inmersos en un mar de confusiones, desaliento y perdiendo las fuerzas para seguir adelante o, por el contrario, cerrarle las puertas del corazón a la desesperanza, al desaliento, la depresión y por encima de todo sentimiento sobreponernos buscando la presencia de Dios para recibir el consuelo, la paz y todo el amor, que sólo Él nos puede dar.
La palabra de Dios nos muestra ejemplos de tristeza, pero también nos enseña cómo podemos glorificar a Dios a través de nuestro sufrimiento. Este sentimiento puede intentar quitarte el ánimo y el sentido de tu existencia, pero, Dios quiere llenar tu mundo de alegría y mostrarte la virtud de estar vivo.
No olvides que tu estado actual es temporal, la tristeza de hoy será sanada y mañana darás gracias al Señor por todo. Mientras tanto, no permitas que las fuerzas del mal, la confusión, te alejen de tu Padre eterno.
Tienes que aferrarte a Él, recibe su consuelo, llora en su presencia y encuentra libertad en tu alma, verás que un día hablarás de las maravillas de tu Dios, quien es fiel y te sostiene siempre.
Dios no quiere que vivas sumergido en la tristeza, él quiere que te levantes. Usa tu tristeza como una lección para salir adelante en la vida. Pero si dejamos que el desconsuelo se apropie de nuestros corazones, es fácil que quedemos atrapados en el desánimo y la depresión.
¡Todo lo puedes en Cristo, él te fortalece! Nos dice Juan 14:1 “No se turbe tu corazón; cree en Dios, cree también en mí.”
“El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos.” Proverbio 17:22 “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.” Mateo 5:4
Por último, Víctor Martínez te recomienda, en estos momentos, orar intensamente, tal cómo nos dice Santiago 5:13 “¿Está alguno entre ustedes afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.”
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestra hermana, Belkis Tejada.
Hasta la próxima.
